SURIGAO, Filipinas (AP) — Las autoridades de Filipinas exhortaron el domingo a la ciudadanía a asegurarse de que sus viviendas están de pie y sólidas antes de regresar a ellas, luego de un sismo que dejó ocho muertos en el sur del país.
Un intenso temblor secundario aturdió a la población y alguna gente gritó y huyó despavorida. El presidente Rodrigo Duterte estaba por ir a la zona afectada para dar consuelo a los sobrevivientes aglomerados en un gimnasio en la capital de la provincia Surigao del Norte.
El sismo de magnitud 6.7 se hizo sentir la noche del viernes, matando a por lo menos ocho personas, dejado heridas a más de 200 y averiando el principal aeropuerto de la zona y unas 1.000 viviendas en Surigao. Algunos habitantes dijeron que la tierra temblaba con tanta fuerza que no podían ponerse de pie para salir corriendo de sus casas.
Las autoridades hicieron un llamado a voluntarios ingenieros para inspeccionar la estabilidad de las estructuras como viviendas, hospitales, escuelas, centros comerciales y hoteles, especialmente en la capital provincial donde se declaró un estado de emergencia para que pueda llegar más rápido la ayuda oficial y se puedan tomar medidas contra el acaparamiento. La electricidad se restableció el domingo en algunas partes de la ciudad.
"Les pedimos que no vayan a regresar a sus casas apresuradamente después de un sismo tan intenso", indicó Romina Marasigan, portavoz de la Agencia de Manejo de Emergencias. "Tenemos que proteger a la ciudadanía".
Por: AP