Son muchos los mitos que surgen entorno al sexo anal, tanto así que algunos lo ven como una práctica sucia y hasta pecaminosa, pero qué es verdad y qué es mentira sobre este tema. Hoy te explicamos los mitos y verdades que rodean al sexo anal ¡Toma nota!
Sentir dolor, incomodidad, la falta de higiene y las secuelas irreversibles son las principales razones que muchos tienen para decirle no a esta práctica que de hecho muchos consideran exclusiva de las parejas homosexuales
La revista Fucsia habló con Ana Sofía Giraldo, experta en crecimiento sexual de pareja, y Julene Ortiz, psicóloga y experta en sexología, para aclarar las dudas más comunes que existen sobre el tema, y que publica en su edición de febrero.
Mitos
1. Es doloroso
Si se realiza queriendo realmente practicar sexo anal y en un estado de excitación óptimo no hay ningún motivo para que sea doloroso. Es necesario utilizar un lubricante anal (no vaginal), comenzar con suaves masajes circulares con los dedos y utilizar un dilatador.
Si acerca directamente la cabeza del pene (la parte más gruesa) y sin ningún tipo de preparación, inevitablemente habrá dolor y molestias que generan nervios.
2. Es sucio
Según la sexóloga Julene, que el pene salga untado de materia fecal y que se desprendan olores apestosos durante el acto es uno de los miedos que más personas manifiestan.
Es poco probable que ocurran este tipo de accidentes y si llegaran a ocurrir, el hombre no le va a dar tanta importancia, porque si quiere tener sexo anal, sabe perfectamente dónde se está metiendo; ahí nadie tiene flores”.
Para evitar este tipo de situaciones se recomiendan los lavados de ano.
Para prevenir las infecciones es necesario utilizar preservativo al pasar a la penetración vaginal. El hombre siempre debe desechar el condón que utilizó para la penetración anal.
3. Solo se debe practicar en ciertos momentos
Si bien muchas mujeres lo prefieren durante el periodo menstrual, no existe ningún momento ideal para practicarlo. Cualquier día puede ser placentero y más si es durante la ovulación, cuando la mujer se excita mucho más fácil.
4. El ano se queda dilatado
Sí regresa a su estado de contracción natural, pero podría no hacerlo si por una penetración fuerte, abrupta y violenta se producen desgarros o fisuras. “Si se hace de manera correcta, todo debe volver a la normalidad”.
Verdades
1. Puede provocar lesiones
Si es practicado con demasiada fuerza puede ocasionar lesiones y fisuras en el ano. Estas podrían sangrar y ser vía de contagio de enfermedades de transmisión sexual como el VIH, explicó Giraldo.
2. El sexo anal sin protección aumenta el riesgo de contagio de VIH
La respuesta es sí. El ano es poco elástico y tiene mucha más irrigación de sangre que la vagina, lo que lo hace más propenso a sufrir fisuras. “Es a través del contacto de los fluidos con la sangre de estas fisuras que se transmite más fácilmente el VIH sida”.
3. El orgasmo anal es más placentero
Al tener una gran cantidad de terminaciones nerviosas, muchas más que la vagina, el orgasmo resulta más intenso y placentero que el vaginal. “El hecho de que sea un tabú también contribuye a que sea más placentero porque se está haciendo algo prohibido”, aseguró Ortiz.
4. Los lubricantes y dilatadores facilitan el proceso
Sí. Se recomienda utilizar lubricantes a base de agua o silicona y preferiblemente que tengan benzocaína, que funciona como anestésico.
Los dilatadores anales, que vienen en diferentes tamaños, diámetros y con vibrador, son perfectos para que el ano se prepare para recibir al pene.