En cada momento, lo quieras o no, estás absorbiendo nueva información que cambia tu cerebro. Específicamente, algunas de tus neuronas se conectan con mayor fuerza, estableciendo sinapsis, una señal eléctrica que se encuentra en la base del aprendizaje y los recuerdos.
Por supuesto, este proceso tiene un límite ya que se necesita energía para mantener esas conexiones. Como no tenemos tanta energía, no podemos fortalecer indefinidamente nuestras sinapsis. De hecho, tampoco sería saludable ya que si las sinapsis fueran cada vez más fuertes, nuestras neuronas llegarían a un estado de hiperactividad que podría provocar convulsiones o epilepsia.
En teoría, el sistema podría llegar al punto de saturación total, de manera que no solo seríamos incapaces de aprender cosas nuevas sino que tampoco podríamos decodificar los estímulos del medio.
No obstante, nuestro cerebro tiene una carta bajo la manga para evitar este desastre: las neuronas pueden reducir sus sinapsis en masa, debilitándolas para que su fuerza sea menor y consuman menos energía. Y aprovecha el mejor momento para hacerlo: cuando estamos dormidos, mientras nos desconectamos del mundo.
Las sinapsis se debilitan para evitar una “sobrecarga” en el sistema neuronal
Ahora un nuevo estudio realizado en la Universidad de Wisconsin indica que durante el sueño las conexiones entre las neuronas retroceden casi un 20%. Mientras dormimos, las sinapsis descansan y se preparan para afrontar el nuevo día, cuando recibirán nuevos estímulos que le permitirán consolidar los patrones neuronales.
Este reajuste se conoce como "homeostasis sináptica" y sirve para que las neuronas encuentren un equilibrio, sobre todo aquellas redes que podrían estar demasiado sobrecargadas, así se evitaría que se "quemasen", algo similar a la sobrecarga que puede ocurrir en un sistema eléctrico.
El sueño es el momento perfecto para que se produzca una renormalización sináptica porque cuando estamos despiertos siempre existen estímulos que captan nuestra atención y activan diferentes zonas del cerebro, por lo que este no logra relajarse por completo.
Según estos investigadores, el sueño es el precio que debemos pagar para aprender cosas nuevas. De hecho, en estudios anteriores se había apreciado que durante el sueño se produce una actividad compleja en algunas zonas del cerebro ya que no solo se consolida la memoria, los hechos que vivimos durante el día, sino que también se les resta impacto emocional y se borran todos los detalles que no son importantes, haciendo espacio en la memoria.
El cerebro protege las conexiones más importantes
Los investigadores usaron un nuevo microscopio electrónico a través del cual pudieron apreciar los minúsculos cambios que se producen cuando las sinapsis se expanden o contraen. Así descubrieron que apenas unas horas de sueño pueden provocar una disminución del 18% en el tamaño de las sinapsis.
Sin embargo, lo más interesante es que esa reducción no afecta a todas las sinapsis por igual. Solo el 80% de las conexiones sinápticas se debilitarían durante el sueño, el 20% restante corresponde a las conexiones más fuertes, que el cerebro “perdona” durante este proceso.
Las conexiones más fuertes son nuestros hábitos más antiguos y mejor establecidos, los aprendizajes más consolidados y nuestras memorias más valiosas. Así, de alguna forma el cerebro comprende que esa información no se debe perder y, por ende, esas conexiones no se exponen al proceso de debilitamiento.