Gracias a la inteligencia artificial, los teléfonos inteligentes pronto podrán desarrollar tareas sin ayuda de internet o tomar decisiones por sí mismos, un preludio de la llegada de dispositivos más espectaculares como los vehículos autónomos.
Al principio, sólo los modelos de alta gama dispondrán de estas funciones, como los teléfonos presentados por el fabricante chino Huawei en el Congreso Mundial del Móvil, que tiene lugar hasta el jueves en Barcelona (España).
Pero a lo largo de este año, uno de cada cinco móviles ya estará equipado con funciones de aprendizaje de máquinas (autoaprendizaje) cuando ahora casi ninguno lo tiene, predice un estudio de la consultoría Deloitte.
"Es uno de los aspectos claves en los que invertimos. Después del teléfono inteligente, tendremos el superteléfono gracias a la inteligencia artificial", explica Vincent Vantilcke, director de marketing en Francia de Huawei.
En Barcelona, el surcoreano LG y el finlandés Nokia anunciaron la llegada a sus teléfonos del asistente vocal de Google, que utiliza la inteligencia artificial para responder a las preguntas de su usuario.
"Todas las grandes empresas del sector invierten en I+D" en este tema, asegura Annette Zimmermann, directora de investigación del gabinete de consultoría Gartner.
Para hacer funcionar sus aplicaciones, los teléfonos actuales deben buscar informaciones albergadas en servicios exteriores conectándose a internet.
Pero los nuevos chips electrónicos, mucho más potentes, pronto les permitirán "reflexionar" por ellos mismos, basándose en los datos acumulados durante los periodos de conexión u observando la manera como las personas utilizan sus teléfonos. El objetivo es imitar la manera de aprender del cerebro humano.
A largo plazo, la idea "en teoría es que el teléfono inteligente tome la decisión antes que nosotros: cuando se quiera ir a alguna parte, que él sepa a dónde se quiere ir" en función de los hábitos habituales de comportamiento del usuario, explica Dexter Thillien, analista en BMI Research.