Lo que hace menos de 15 días era una prisión controlada por pandillas se convirtió en el primer Centro de Rehabilitación y Reinserción Modelo de Gestión Penitenciaria en Guatemala.
El centro —inaugurado el lunes— se ubica en lo que era la cárcel de máxima seguridad Fraijanes I, a 19 kilómetros de la capital guatemalteca, y albergará a 150 mujeres detenidas y condenadas por distintos delitos. Se pretende que opere al menos 16 horas al día por presas que serán capacitadas para producir sus propios alimentos.
A la inauguración del nuevo centro, que empezará a funcionar en un mes, asistió William Brownfield, Secretario Adjunto de la Oficina de Asuntos Narcóticos de Estados Unidos, y el presidente guatemalteco Jimmy Morales. "Por décadas hemos dejado un hueco en el sistema de justicia", dijo Brownfield al referirse a los centros de prisión y explicó que a los reclusos "hay que ofrecerles educación, vocación y capacitación".
Estados Unidos aportó 1.5 millones de dólares para la readecuación del nuevo centro.
Antes de la toma del control de dicha prisión, los reos lograron instalar internet de fibra óptica, tenían al menos 25 pantallas planas, aire acondicionado, camas ortopédicas e incluso una discoteca; todo construido con la complicidad de las autoridades del Sistema Penitenciario.
El Ministerio de Gobernación anunció que el centro estará dirigido por agentes capacitados en nuevas técnicas de manejo de prisiones. Francisco Rivas, Ministro de Gobernación, precisó que éste será el primero de cinco nuevos centros que abrirán durante el año.