El papa Francisco advirtió en una entrevista con un periódico alemán sobre los peligros del creciente populismo en las democracias occidentales.
"El populismo es maligno y termina mal, como demostró el siglo pasado", dijo el papa al semanario Die Zeit.
El pontífice también rechazó cualquier clase de culto en torno al papado y que él es un creyente normal como todos.
"No me veo como nada especial", dijo Francisco. "Soy un pecador, soy falible".
En la primera entrevista importante del papa con un periódico alemán, se preguntó a Francisco si había momentos en los que dudara de la existencia de Dios.
"Yo también conozco momentos de vacío", respondió.
Sin embargo, señaló que los momentos de crisis también son una oportunidad de crecer, y dijo que un creyente que no los experimente seguirá siendo "infantil".
Francisco, un papa impredecible
Francisco es impredecible y toma muchas decisiones solo sin consultar a sus asistentes, tal como lo hizo cuando decidió visitar en abril del 2016 la isla griega de Lesbos, emblema en ese momento de la crisis migratoria en Europa.
"Nadie maneja la agenda del papa en su complejo, ni siquiera su secretario personal", explicó recientemente padre Federico Lombardi, quien fue portavoz tanto de Benedicto XVI como de Francisco.
En diciembre pasado, la influyente diplomacia vaticana, entre las más activas del planeta, resultó ingenua y falible, al romper su tradicional política de "pasos discretos" con respecto a lo acuerdos de paz en Colombia.
La invitación al ex presidente colombiano Álvaro Uribe al Vaticano el 16 de diciembre para una reunión inédita dentro palacio apostólico con el presidente Juan Manuel Santos, recién galardonado con el Nobel de la Paz, parecía haber frenado la idea de una visita papal.
"Creo que hubo impericia por parte del Vaticano", comentó una fuente diplomática latinoamericana interrogada sobre las razones del gesto inesperado, que de alguna manera restó brillo a la triunfante visita de Santos y puso al mismo nivel a Uribe, acérrimo opositor de los acuerdos de paz, quien no perdió la ocasión para criticarlos.
Pese a que los desacuerdos entre Santos y Uribe siguen intactos, muchos se interrogan en el Vaticano si esas mediaciones públicas y directas se repetirán de nuevo durante el papado de Francisco.
"El pontífice argentino continuará mediando en la región hispanoamericana y hasta es posible que intervenga con Donald Trump si expulsa a millones de mexicanos ilegales de Estados Unidos como prometió", comentó por su parte un diplomático mexicano.
En sus casi cuatro años de pontificado, el papa ha impuesto una nueva política exterior con una fuerte implicación personal.