Entre el horror y la indignación, los guatemaltecos piden "justicia" e investigar la muerte de 33 adolescentes, todas mujeres, en un incendio de un hogar juvenil señalado por denuncias de abusos sexuales.
"¿Cómo no se pudieron dar cuenta para poder salvarlas a tiempo si el humo se ve al instante?", dijo a la AFP, en la morgue de Ciudad de Guatemala, el tío de una menor de 15 años originaria del departamento oriental de Jutiapa, cuyo cuerpo fue identificado con pruebas de ADN.
Según el último balance, 33 jóvenes, de entre 14 a 17 años, fallecieron en el incendio registrado en la mañana del miércoles en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción, en San José Pinula, a 10 km de la capital guatemalteca.
En el acto murieron 19 jovencitas y el resto en dos hospitales públicos. Se presume que el incendio fue provocado por las propias internas para denunciar abusos sexuales y otros atropellos, según una de las hipótesis que maneja la Procuraduría de los Derechos Humanos.
Aún quedan internadas 25 sobrevivientes, de las cuales 12 se encuentran en estado crítico, precisaron fuentes hospitalarias.
El presidente de Guatemala Jimmy Morales decretó tres días de duelo nacional y ordenó la destitución del director del recinto.
Se trata de "una masacre", aseguró Hilda Morales, procuradora de Derechos Humanos de la Infancia, quien pidió una investigación administrativa y penal en contra de los responsables del hogar.
El titular de la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia, Carlos Rodas, dijo que asumía la responsabilidad de la tragedia, pero se negó a abandonar el cargo.
"No podemos recuperar esas vidas, pero sí podemos analizar el sistema (y) transparentarlo", agregó.
Según versiones preliminares, la noche del martes, horas antes del incendio del miércoles, un grupo de jóvenes intentó fugarse tras denuncias de abusos y maltratos.
El hogar es blanco desde hace tiempo de un escándalo por denuncias de abusos sexuales contra los internos. En diciembre pasado, una jueza condenó al Estado guatemalteco por los vejámenes cometidos a los menores y ordenó medidas drásticas de protección.
El refugio alberga, por orden judicial, a menores de 0 a 17 años víctimas abandono y violencia doméstica, que cometieron algún delito o que fueron rescatados de las calles, entre otros motivos. El centro cuenta con capacidad para 400 menores pero aloja a unos 800.