SAN PETERSBURGO, Rusia (AP) — Las autoridades rusas detuvieron el jueves a varias personas supuestamente vinculadas con el suicida acusado de atacar el metro de San Petersburgo a principios de semana y desactivaron una bomba en el apartamento donde vivían.
Al igual que el sospechoso —Akbarzhon Dzhalilov, un joven de 22 años nacido en Kirguistán_, los detenidos son residentes de la antigua república soviética en el centro de Asia, dijo el Comité Investigador.
Las empobrecidas naciones de mayoría musulmana del centro de Asia son consideradas un terreno fértil para extremistas islámicos y se cree que miles de sus ciudadanos se unieron a las filas de la milicia radical Estado Islámico en Siria e Irak.
Durante el cateo en el departamento ubicado a las afueras de San Petersburgo, los investigadores hallaron objetos que ayudarán a avanzar en la investigación, agregó el comité, la principal agencia de investigación criminal rusa.
Según agencias de noticias rusas, las fuerzas de seguridad habrían detenido a tres personas.
Los vecinos del edificio fueron desalojados antes de la entrada de expertos en explosivos. Konstantin Serov, el administrador jefe del distrito donde está el inmueble, dijo a agencias de noticias locales que la policía desactivó un explosivo en el departamento.
El Servicio Federal de Seguridad, la agencia sucesora de la KGB, dijo en un comunicado reproducido por agencias noticiosas rusas que sus expertos desactivaron una bomba de fabricación casera en el apartamento.
Una página web de San Petersburgo especializada en noticias, Fontanka.ru, reportó que los componentes de la bomba desactivada se asemejan a los usados por los islamistas en Siria.
Una fuente policial dijo a la agencia noticiosa Tass que las agencias de seguridad investigan reportes de que Dzhalilov se entrenó con el grupo Estado Islámico en Siria.
La policía en la ciudad está en alerta tras la explosión del lunes, en la que murieron el agresor y otras 13 personas y unas 55 más resultaron heridas.
La policía detuvo el miércoles a ocho inmigrantes de Asia Central sospechosos de actuar como reclutadores del grupo extremista Estado Islámico y la rama siria de Al Qaeda. Los investigadores no hallaron pruebas en un primer momento que conectaran a los detenidos con el ataque en el metro.
Ningún grupo se atribuyó la autoría del ataque, pero los trenes y aviones rusos son desde hace tiempo objetivos de insurgentes islamistas.