Apenas unos días atrás, el 3 de abril de 2017, Júpiter llegó a su periastro, el punto más cercano a la Tierra: 668 millones de kilómetros. Y el telescopio espacial Hubble de la NASA lo retrató en todo su esplendor.
Ahora mismo, el gigante del sistema solar está en oposición, lo que significa que, en relación a la Tierra, se encuentra en el punto del cielo diametralmente opuesto al Sol. Esto hace que luzca más brillante en el cielo nocturno que en cualquier otra época del año.
Gracias a ello es posible ver con detalle el “paisaje atmosférico” de Júpiter: sus tormentas inmensas, cientos de vórtices, las nubes de hielo de amoníaco; y los vientos de hasta 644 kilómetros por hora. Pero por lo que es más conocido es por su Gran Mancha Roja, un anticiclón que ha estado girando desde hace más de tres siglos y puede albergar casi tres Tierras en su interior.
Según Quo, las imágenes son parte del Outer Planets Atmospheres Legacy (OPAL) , un programa que estudia la atmósfera de los planetas exteriores para buscar cambios en sus tormentas, vientos y nubes. Comenzó en 2014 con Urano, y ha estado estudiando Júpiter y Neptuno desde 2015. En 2018, comenzará su análisis de Saturno.
Júpiter es el quinto planeta del sistema solar. Forma parte de los denominados planetas exteriores o gaseosos. Recibe su nombre del dios romano Júpiter (Zeus en la mitología griega).
Se trata del planeta que ofrece un mayor brillo a lo largo del año dependiendo de su fase. Es, además, después del Sol, el mayor cuerpo celeste del sistema solar, con una masa casi dos veces y media la de los demás planetas juntos.