La tarde de este viernes se realizó la tradicional Bajada de la muy venerada imagen de la Sangre de Cristo en la Catedral de Managua, dando inicio a las actividades religiosas de la Semana Santa en toda Nicaragua.
Una vez más la fe movió multitudes de devotos, quienes como cada viernes de dolores, expresaron su devoción a la milagrosa imagen, cuya salida de la capilla o bajada, marca el inicio oficial de las actividades religiosas de Semana Santa en Managua.
“Desde hace más de 365 años veneramos a esta preciosísima imagen de la Sangre de Cristo, de la cual, miles y miles, no solo de capitalinos, sino de distintos sitios del país, nos reunimos a esta bajada de la Sangre de Cristo, prácticamente para iniciar ya la Semana Santa o la semana mayor”, dijo el director del Centro Espiritual Betania, Padre Neguib Eslaquit, quien dice acude desde los 10 años a esta tradición católica.
Cada año son cientos de católicos los que acuden en familia a esta devoción, producto de los milagros que han sido concedidos por el Hijo de Dios, representado en la imagen en que yace crucificado.
“Tengo una promesa con mi niño, que se me escapó de morir; cuando mi niño nació padecía del corazón”, expresó la señora Fátima Rosales.
“Es bien linda la Sangre de Cristo porque todo lo que yo le pido me lo concede, de corazón le pido yo, entonces Él me concede”, comentó la señora Guadalupe Burgalín.
“Y estas cuatro lágrimas que estoy llorando es por tanto pedirle que me ayudara a salirme del negocio que yo tenía, que era un bar que ya no lo quería tener”, narró la señora Emilia Ruiz.
Desde el templo madre de los católicos, se llamó a vivir estos días santos con mucho fervor y responsabilidad, pues se conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
“En primer lugar que meditemos y experimentemos profundamente ese misterio adorable de Jesucristo que derramó su última gota de sangre por todos nosotros y todos los que van a vacacionar, que todo lo hagamos con precaución y seguridad”, puntualizó el líder religioso Neguib Eslaquit.
La imagen permanece en un sitio especial de la Catedral hasta después de Semana Santa y el viernes santo encabeza el multitudinario viacrucis que sale desde el Colegio Teresiano.