La mandataria constitucional de Brasil criticó al actual gobierno, a quien acusó de maquinar metódicamente su destitución y llevar al país al neoliberalismo y el aumento de la desigualdad.
La presidenta electa de Brasil, Dilma Rousseff, destacó este martes que la única forma de "lavar el alma" de su país es a través de las elecciones presidenciales del año que viene, de las que insistió no se presentará como candidata.
Durante un discurso en la Universidad de Columbia, en Estados Unidos, Rousseff recalcó que Brasil regresará al camino a la democracia gracias a los comicios, que según ella repararán el daño al sistema democrático que se causó cuando fue destituida en 2016 por un golpe parlamentario.
"Los brasileños tienen el destino en sus manos", dijo la dirigente brasileña ante un público de estudiantes brasileños y académicos. "En octubre del 2018 tenemos una cita con la democracia", reiteró.
"Brasil tiene cita con la democracia en 2018", presagia Rousseff
Rousseff criticó al actual gobierno, a quien acusó de maquinar metódicamente su destitución y llevar al país al neoliberalismo y el aumento de la desigualdad, lo que describió como un camino "peligroso" porque merma la democracia. También acusó a la actual administración de restringir el acceso a la educación, fomentar un clima de intolerancia y contribuir con sus políticas la falta de seguridad laboral.
"Temo un nivel de radicalización. Espero que las elecciones sean pacíficas", señaló.
Rousseff también dijo que es necesaria una reforma política "con prácticas que sean éticas y que estén conectadas a los intereses de la gente y no de los parlamentarios", indicó. La exmandataria insistió en que no tiene "ambiciones políticas" de cara a los comicios del año que viene.