El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quiere modificar las célebres visas H-1B, para trabajadores calificados, como parte del combate contra el «fraude y los abusos» de inmigración, pero su margen de maniobra es limitado ante la ausencia de una reforma legislativa integral.
Estas visas son muy apreciadas por las empresas especializadas en nuevas tecnologías porque están destinadas para permitir trabajar (por un tiempo determinado) a científicos, ingenieros y programadores informáticos. En particular son una pasarela para muchos ciudadanos indios atraídos por Silicon Valley.
Trump firmará el martes, en Kenosha, Wisconsin, un decreto que ordena a varios secretarios (Trabajo, Justica y Seguridad Interior) proponer reformas para que el programa de visas H-1B «regrese a su objetivo inicial: entregar las visas a los postulantes más calificados para los puestos mejor pagados».
Trump no publicará su declaración de impuestos de 2016
«Durante mucho tiempo, en lugar de permitir que venga solo lo mejor (…), el programa H-1B se ha aplicado de una manera nefasta para los trabajadores estadounidenses», dijo la Casa Blanca al considerar que esto ha dado lugar a la llegada de trabajadores «relativamente poco calificados y de pocos países».
La firma de este decreto pretende destacar dos reglas simples erigidas por el presidente republicano en sus prioridades: comprar lo estadounidense y emplear a estadounidenses.
Los servicios de inmigración anunciaron a principios de abril una serie de medidas para luchar contra «los fraudes y abusos» en la concesión de estas codiciadas visas.
Las medidas anunciadas el lunes llegan en el momento en el que Estados Unidos inicia la concesión anual de cerca de 85.000 visas H-1B.
El presidente no puede modificar con un decreto el número de visas H-1B que se expiden, pero la Casa Blanca espera con la firma dar un impulso para una reforma legislativa, cuyo diseño aún no se ve claro.
«Es un paso transitorio para ir hacia una versión basada en capacidades y méritos», dijo un funcionario que prefirió el anonimato.
En su primer discurso frente al Congreso el 1 de marzo, Trump abogó por abandonar el «sistema actual de inmigración poco calificado».