El minucioso trabajo en los detalles se percibe cuando entramos a Panadería y Repostería San Pedro
Angélica Ponce, luego de trabajar en ventas y al convertirse en madre decidió transformar el hobby de preparar dulces y pasteles en un negocio que le permitiera combinar su amor de madre con su amor al azúcar y al pan. A esto se sumó Cristina Beltrán, quien pese a ser ingeniera eléctrica, ha puesto igual empeño en manejar lo administrativo sin descuidar los detalles.
De esta aventura familiar hoy se emplean a 5 personas y pronto inaugurarán ampliaciones en sus instalaciones.
La rigurosa atención a la calidad por medio de estrictas normas de higiene han abierto el camino a que existan los productos con las características que exigen los clientes, para esto han estudiado cursos sobre diferentes técnicas de pastelería y diseños, además de la adquisición de equipos que les permiten producir más y mejor.
El compromiso de estas dos jóvenes sobrepasa a sus familias pues ahora deben garantizar el bienestar de sus colaboradores. “La experiencia que he adquirido hasta hoy me hace más responsable, somos jóvenes responsables y por eso estamos muy contentas”, señala Ponce.
Cuando le consultamos a Cristina sobre el secreto del éxito expresa “Yo a los jóvenes les digo que no se limiten, yo soy ingeniera eléctrica y estoy a cargo de una panadería, a mí me gusta, me llena y eso es lo que importa…”
En esta empresa, la solidaridad y respeto entre dos primas, prueba que el amor fraternal puede expresarse en un negocio fructífero hasta convertirse en una de nuestras “Voces del Éxito”.