Guatemala, 6 mayo (ACAN-EFE).- La cuarta erupción del volcán de Fuego de Guatemala en lo que va de año ha descendido su actividad pero las autoridades mantienen hoy la alerta por la posibilidad de que las lluvias arrastren material volcánico y provoquen el descenso de lahares.
El portavoz de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), David de León, dijo a periodistas que la fase eruptiva que inició ayer viernes, se encuentra ahora "dentro de los parámetros normales", debido a que durante esta noche bajaron "considerablemente las explosiones".
Sin embargo, durante la noche y la madrugada se observaron remanentes de flujo de lava en dirección a las barrancas Ceniza, Taniluyá y Santa Teresa que "disminuirán e irá desapareciendo en las próximas horas".
Debido a esta actividad, las autoridades evacuaron a 30 personas de la comunidad Sangre de Cristo que esta mañana han regresado a sus viviendas sin que reportasen daños ni en esta aldea ni en otras aledañas, como Panimaché 1, Panimaché 2, El Porvenir, Yucales y Santa Sofía, todas de Yepocapa, Chimaltenango.
Aún así, las posibilidades de lluvias en el sector son altas y estas pueden bajar a las barrancas material volcánico en forma de lahar, por lo que se mantiene la vigilancia.
El coloso de 3.763 metros de altura y situado entre los departamentos de Escuintla, Chimaltenango y Sacatepéquez, tiene una fumarola débil de color blanco a una altura aproximada de 4.300 metros sobre el nivel del mar que se dispersa hacia el oeste y suroeste.
Según el boletín diario del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh), la ceniza caída durante las últimas horas también ha sido removida por las lluvias y los vientos en su gran mayoría, aunque persiste en la barranca Santa Teresa por los flujos piroclásticos.
El volcán de Fuego, situado entre los departamentos de Escuintla, Chimaltenango y Sacatepéquez, es uno de los más activos del país, junto al Pacaya y Santiaguitó, de los 32 que tiene la nación centroamericana.