Saná, 18 may (EFE).- La Organización Mundial de la Salud (OMS) elevó hoy a 222 las personas que han muerto hasta el momento por la epidemia de cólera en el Yemen.
En un mensaje a través de la red social Twitter, la oficina de la OMS en el Yemen aseguró que al menos 222 personas han muerto y que ya han registrado alrededor de 20.000 casos sospechosos de tener la enfermedad en 17 provincias.
El mensaje esta ilustrado con una fotografía en la que médicos y enfermeros están tratando a los pacientes en un hospital yemení, pese a los pocos recursos que quedan en los centros sanitarios en un país que está en guerra desde finales de 2014.
Los números de casos registrados se van multiplicando cada día y la cifra de muertes aumenta de manera "alarmante", según afirmó Unicef por medio de un mensaje en la misma red social.
El coordinador de los asuntos humanitarios de la ONU en Saná, Jamie McGoldrick, afirmó este martes a Efe que "más del 50 % de los centros sanitarios en el Yemen no funcionan" a consecuencia de la guerra "por lo que no es de extrañar que el cólera se propague".
La última epidemia de cólera en el país se registró entre los pasados meses de octubre y febrero, cuando se contabilizaron 143 muertos, pero entonces el brote se concentró únicamente en la localidad de Al Wehda.
Tanto el Gobierno rebelde como el leal al presidente yemení, Abdo Rabu Mansur Hadi, que está establecido en la ciudad costera de Adén (sur), han anunciado medidas para tratar de controlar el brote de cólera.
Debido a la guerra, que se recrudeció en marzo de 2015 con la entrada de una coalición árabe -liderada por Arabia Saudí-, Yemen tiene un elevado riesgo de afrontar una hambruna en los próximos meses, según la ONU, debido a la pérdida de las cosechas y por el bloqueo naval que ejerce la coalición a los puertos controlados por los rebeldes.
El cólera es una infección intestinal aguda causada por la ingestión de alimentos o agua contaminada con la bacteria "vibrio cholerae" y que no presenta síntomas en las afecciones más moderadas, pero que puede provocar la muerte en pocas horas si el enfermo no recibe tratamiento en los casos más severos.