Praga, 20 may (EFE).- Cientos de personas disfrazadas de zombis recorrieron hoy las calles de Praga en una convocatoria festiva con la que los organizadores han querido rendir homenaje al cineasta neoyorquino George A. Romero, creador del arquetipo en esta pop cultura con su película "Zombi" (1978).
"Cuando Romero se decidió a filmar zombies, fue la primera vez que se creó este ambiente en la cultura popular, y tuvo una gran repercusión en la gente", explicó a Efe Jan Musil, organizador del evento.
Los rostros pálidos y sangrantes predominaban en el mórbida comitiva, en la que se veían también numerosas cabezas rotas o mandíbulas salientes y quebradas.
Según Musil, no se trata de una "glorificación de los muertos" sino de una "campaña mundial para homenajear a Romero", que hizo posible fijar este arquetipo, al que también han contribuido las culturas caribeñas.
Más de 300 jóvenes de edades comprendidas entre 16 y 25 años han participado en la marcha, la primera edición del "Zombie walk Prague: New Generation 2017", que ha finalizado con una fiesta en un bar de la capital checa tras elegirse al "rey de los muertos".
"Los zombies están hoy presentes en las películas románticas de vampiros (como en el filme "Crepúsculo" y la serie homónima) y puede decirse que en los últimos años la sociedad ha hecho camino y encuentra (con los zombis) un modo de reflejar sus emociones y sus inclinaciones hacia esos seres, hacia los muertos", dijo Musil.
A estos personajes ficticios, que sólo existen en esta pop cultura, solo les mueven los instintos básicos, como el de alimentarse, si bien en los guiones de películas sobre esta temática es normal que se pongan de relieve "emociones inhibidas".
El punto de encuentro de este evento ha sido la Plaza de la República, donde los participantes fueron objeto de sesiones fotográficas y se han hecho "selfies" con turistas curiosos.
Luego, estos centenares de jóvenes han desfilado en dirección a la Plaza Vieja, donde posaron para una foto de familia ante el monumento del teólogo checo Jan Hus, que murió quemado tras ser condenado por herejía en 1415.
El grado de realismo de los disfraces ha sido grande, como en el caso de Jan Kloud, quien trabajó más de cinco horas en su atuendo, a base de látex, que fue rompiendo para dar sensación de estar despellejado y luego se roció con sangre artificial.
"En general puede hablarse del clásico zombi lento, el zombi resistente, el que sangra, el que está destrozado", señaló Martin Hubrt, de la agrupación Esogames, que trata de popularizar en el país centroeuropeo espectáculos vanguardistas ("perfomances") de moda representativa.
Hubrt destacó que el objetivo hoy ha sido, sobre todo, "divertir a la gente y tener un día agradable" y que detrás de la convocatoria "no hay ningún mensaje, aunque alguien sí podría ver que la comunidad es manipulable". EFE