Un ciudadano filipino sufre una rara condición que le da a su piel el aspecto de haberse quemado completamente. Por si la enfermedad no fuera suficiente, Antonio ha tenido que soportar toda la vida las burlas y prejuicios de sus vecinos en la remota provincia de Aklan.
Según informa el periódico Mirror, la enfermedad que Antonio padece desde que nació se llama ictiosis. Su madre lo abandonó cuando él tenía 12 años, y nunca conoció a su padre porque se fue de casa antes de que Antonio naciera, de manera que fue criado por su abuela.
La enfermedad hace que su piel tenga el aspecto de una corteza dura, oscura y agrietada. En lugar de entender que Antonio simplemente está enfermo, sus vecinos creen que está maldito o poseído, y algunos lo han bautizado como 'el hombre serpiente'.
A pesar de las constantes burlas de los vecinos, Antonio solía hasta hace poco acudir al mercado local y a la iglesia. No obstante, su condición no ha hecho sino empeorar con el tiempo. Su piel se hace más gruesa y dura, y la enfermedad se le ha ido extendiendo por la cara, de manera que está perdiendo poco a poco la vista.
Últimamente no sale de su pequeña casa de madera, donde se entretiene estudiando y desmontando aparatos electrónicos, ya que la gente del lugar está cada vez más convencida de que ni siquiera es realmente un humano, sino un espíritu maligno.
Recientemente, una organización benéfica local ha prestado atención al caso de Antonio y lo ha llevado a un centro médico para que reciba tratamiento específico. Los médicos señalan que su rara enfermedad no tiene cura, pero existen herramientas especiales para ayudar a aliviar su sufrimiento.