Tatuar es un arte que requiere muchos cuidados, recientemente un caso dio la vuelta al mundo en donde un hombre de 31 años pereció al contraer una bacteria come-carne 5 días después de haberse realizado un tatuaje, pese a que el tatuador le había recomendado mantenerse alejado de la piscina por lo menos durante dos semanas.
Sobre esas situaciones riesgosas platicamos con un grupo de profesionales del tatuaje nicaragüense que pronto participarán en la Expo Tatuaje Nicaragua 2017.
Favio Orozco es un joven originario de Estelí de 27 años. Creció rodeado de arte y la influencia de su padre marcó el gusto por la pintura, hoy cuenta con un estudio en el Diamante de Las Segovias en donde ha recibido un sinnúmero de clientes que buscan dejar plasmados gustos o recuerdos en su piel.
Favio nos confiesa que en los 6 años que tiene como tatuador ha tenido que ir tomando medidas para que su trabajo no se vea afectado por la falta de cuidado de los clientes. Por ejemplo en una ocasión una joven presentó un bajón de presión y se desmayó durante el proceso por unos segundos debido al mal manejo de los nervios. Para evitar estas situaciones Fabio siempre consulta en entrevista previa a sus clientes si tienen algún padecimiento cardíaco, problemas de la presión o alergias para poder trabajar sin generar reacciones adversas.
En León el estudio de Luckas Brown recibe a muchos turistas que casi siempre prefieren líneas minimalistas. Luckas nos cuenta que comenzó a tatuar porque “me gustaba dibujar en la escuela, después me metí al grafiti y después la pasión por los tatuajes”. El grafiti y el tatuaje son casi lo mismo, nos confiesa, y lo escogió porque quería plasmar el arte en la piel.
Estudio Strike Bullet desde hace 1 año está abierto, aunque Luckas lo hace de manera profesional desde hace 4 años. Durante este tiempo a sus clientes les solicita estrictas medidas para prevenir situaciones incómodas. “Una vez tatué full color a una muchacha al lado de las costillas y no siguió las recomendaciones… se metió a una piscina y el dibujo se opacó alargando el proceso de cicatrización”, comenta. Ante esto y para evitar mala publicidad tuvo que retocarlo asumiendo el costo.
Oscar Noguera es un muchacho capitalino de 33 años, de esas personas que generan confianza en la primera impresión. El comenta a TN8.tv que empezó a tatuar a los 25 años. “Era el típico ciudadano que tenía el pésimo concepto de los tatuajes, pero después conocí a una persona que tenía tatuajes bonitos y esa persona fue una fuente de inspiración para mi”. Fue así que decidió cambiar de carrera, vendiendo todo lo que tenia del negocio de serigrafía y con ese dinero compró máquinas de tatuajes.
Desde entonces le ha ido bastante bien con su estudio Dixie Tattoo, el que maneja muy bien en redes y atrae a cientos de capitalinos fanáticos del tatuaje. Pero como siempre pasa, no todo es color de rosa, este artista nos cuenta que hay cosas que no permite en su estudio pues le incomodan y generan mayor esfuerzo a la hora de trabajar. Oscar ha tenido clientes que piensan que pueden evitar el dolor. “Borrachos o drogados, cosa que yo no apruebo… el alcohol diluye la sangre, la gente se pone necia, el resto de drogas pone más sensible a la persona y terminan quejándose más”.
Además de estos inconvenientes nos confiesa que los hombres suelen tener una reacción más negativa que las mujeres. “Se les baja la presión, se ponen verdes, las mujeres son más resistentes al dolor”.
Recordá que si deseas un tatuaje debes ser responsable y evitar usar perfumes, cremas, maquillaje y tratar de mantener el área ventilada, fresca y no exponerte al sol, entre otras recomendaciones.
A estos y muchos más artistas podrán verlos este 17 de junio en el Centro de Convenciones Olof Palme, para la Expo Tatuaje Nicaragua 2017.