Tatuarse es una decisión que en pleno siglo XXI la sociedad, en Nicaragua y el mundo, no la ve bien, y más cuando se trata de calificar profesionalmente a quien se los hace, ya que todavía está arraigada una idea negativa sobre los tatuajes o los asocian con un estilo de vida poco convencional o que infringe los valores.
Por ello consultamos a dos tatuadores profesionales del país, para que nos den su opinión sobre lo que piensa la gente de los tatuajes. Hablamos con Carlos Calderón y Álvaro Emilio García Lara, alias "Emilio Milo", expertos en este arte corporal.
Calderón lleva 18 años tatuando. Él aún recuerda sus primeros dibujos, los que hacía cuando era un niño, nos cuenta que la persona que lo criaba lo ponía a dibujar y colorear. Y fue allí cuando comenzó la espinita, aunque su pasión la descubrió cuando estuvo fuera del país. “Realmente cuando fui a Estados Unidos, cuando tenía 6 años u 8 años, empezó todo al ver en un supermercado cómo tatuaban a alguien (…), me quedé impactado en el vidrio, mirando cómo una persona estilo harlero con barba tatuaba a otra persona y me quedé con la espina, con la idea de cómo jodido podés impregnar en la piel algún dibujo que se mire diaver…”, recuerda.
Cindy Bustamante es jurado de la gala final de Miss Teen Nicaragua 2017
Afirma que empezó con agujas descartables y con uno que otro amigo que se dejaba tatuar por él.
Pero cuando le preguntamos sobre lo que piensa la gente sobre los tatuajes en el ámbito laboral, nos dijo, “mirá, con respecto a lo laboral, a como está Nicaragua, aún pienso que todavía las personas se lo hacen en lugares no visibles (…). Las personas todavía la piensan y no se hacen tatuajes por cuestiones de trabajo, piensan que después no le van a dar trabajo, pero recalco que eso se llama discriminación (…), deberían de contratar a las personas por el conocimiento y no por su apariencia”, relata desde su punto de vista artístico.
Por otro lado, Emilio Milo lleva 6 años en la profesión, dice sentirse bien en su centro de tatuaje en Jinotepe, porque lo visitan desde todos los rincones del país. Sus inicios fueron cuando entró a la escuela de arte a la edad 7 años, pero el trampolín fue un amigo. “Conocí un tatuador profesional y cuando me comencé a tatuar con él se me despertó la idea de tatuar, y le comencé a pedir apoyo (…), empezamos a tatuar con máquinas originales, gracias al apoyo de él y sus amigos”, comentó Milo.
Laboralmente este artista piensa que lo importante es la inteligencia de cada persona. “Con respecto a los trabajos no creo que afecte porque lo que importa es intelecto de uno. Lo que nosotros hacemos simplemente es cosas estéticas, son gustos más que todo particulares.”
En fin, Carlos y "Emilio Milo" concuerdan en que hacerse un tatuaje no influye de manera negativa en el ámbito profesional, incluso uno de ellos comentó que ha tatuado desde de médicos hasta sacerdote y eso no les ha quitado el mérito de ser profesionales.
Los dos artistas recomiendan que antes de hacer un tatuaje las personas lo debe pensar bien y conocer qué tipo de tatuaje buscan, sobre todo hacen énfasis en que los tatuajes deben hacerse en lugares no visibles si creen que tendrán repercusiones en sus centros laborales, esas son las recomendaciones que nos brindan los expertos en este arte.
Pueden ver a estos dos artistas junto a muchos más en la Expo Tatuaje Nicaragua 2017, este 17 de junio en el Centro de Convenciones Olof Palme a partir de las 9:00 am.