Andre Ward prometió que esta vez no habría dudas, y eso hizo. El púgil derribó el sábado a Sergey Kovalev en el octavo asalto, en una repetición de su combate por el cetro de los semipesados.
El invicto Ward le dio la vuelta a la pelea con un gran derechazo que hizo tambalearse a su rival y a continuación se abalanzó sobre él. Kovalev estaba en la esquina neutral y Ward descargaba golpes en el cuerpo cuando Kovalev se sentó en la cuerda del ring y el árbitro Tony Weeks señalizó el final del duelo a los 2:29 minutos del octavo asalto.
“Sabía que esta vez sería diferente”, dijo Ward.
La pelea había estado ajustada hasta que Ward (32-0) le dio la vuelta con el derechazo. Kovalev (30-2-1) había ganado los primeros asaltos antes de que Ward hiciera algunos ajustes y Kovalev empezara a cansarse. Ambos se quejaron de tácticas sucias y Weeks pasó mucho de su tiempo separándolos.
Ward ganó el primer combate en noviembre, recuperándose tras haber sido derribado en el segundo para imponerse con una polémica decisión arbitral. El duelo de la revancha parecía igual de ajustado hasta que Ward hizo tambalearse a Kovalev con su derechazo.
“Es un gran luchador”, dijo Ward. “Tienes que subir tu juego a otro nivel y afortunadamente eso es lo que hicimos esta noche”.
Kovalev se quejó de que Ward le había lanzado dos golpes bajos en el último ataque, lo que le había obligado a sentarse en la primera cuerda.
“¿Por qué detener la pelea?”, dijo. “Podría haber seguido peleando”.
La pelea fue dura desde el principio, igual que en su primer duelo, al que ambos llegaron invictos.
Ward ganaba por un punto en dos tarjetas y perdía por tres en la tercera cuando comenzó el octavo asalto. Pero Kovalev empezaba a agotarse, como le ocurrió en el primer combate. A Kovalev se le reconocieron 407 puñetazos frente a los 238 de Ward.