Washington, 22 jun (EFE).- Las autoridades estadounidenses detuvieron y acusaron hoy de espionaje a Kevin Patrick Mallory, un hombre de 60 años que recibió al menos 25.000 dólares por supuestamente vender a China documentos secretos del Gobierno.
Según informó en un comunicado el Departamento de Justicia, Mallory fue detenido hoy y tuvo que comparecer en la corte del distrito de Alexandria (Virginia), donde fue acusado de proveer información secreta sobre defensa a un Gobierno extranjero, un delito cuya pena máxima es la cadena perpetua.
El hombre, originario de Leesburg (Virginia), podría incluso llegar a ser condenado a pena de muerte si se cumplen una serie de requisitos, según detalló el fiscal John Gibbs.
De acuerdo con la declaración jurada de uno de los agentes del FBI a cargo de la investigación, el acusado viajó a Shanghái en marzo y abril de 2017 para reunirse con un individuo, identificado como "PRC1" y que supuestamente trabajaba para un centro de pensamiento de China dedicado a dar información a su Gobierno.
Cuando volvió de Shanghái, los agentes encargados de la seguridad del aeropuerto O'Hare de Chicago descubrieron en dos maletas de mano 16.500 dólares en efectivo que Mallory no había declarado a las autoridades, incurriendo en un delito pues es obligatorio declarar sumas superiores a los 10.000 dólares al entrar a EE.UU.
Antes de la reunión en China, mientras estaba en Estados Unidos, Mallory también estuvo en contacto con otro agente chino, identificado como "PRC2" y que supuestamente se encargó de fijar el encuentro en Shanghái con el otro funcionario chino, según figura en la declaración escrita del agente del FBI.
Según el documento, el FBI entrevistó el 24 de mayo a Mallory, quien confesó haber mantenido conversaciones con estos dos individuos que, según sospecha, eran agentes de la inteligencia del Gobierno chino y no trabajaban solo para un centro de pensamiento.
El acusado reconoció que había dado a los dos individuos un aparato especial para hacerles llegar documentos de alto secreto.
Según confesó al FBI, recibió por sus servicios dos pagos en efectivo: uno de 10.000 dólares en marzo y otro de 15.000 dólares en abril.
Mallory tenía acceso a documentos calificados como confidenciales, secretos y de alto secreto porque había trabajado para el Ejército y fue un agente especial para el servicio diplomático de seguridad del Departamento de Estado de EE.UU. entre 1987 y 1990.
Trabajó, además, desde 1990 para un gran número de agencias del Gobierno y empresas subcontratadas por el Departamento de Defensa.