Lisboa, 29 jun (EFE).- Un número indeterminado de granadas y munición de calibre 9 milímetros fue sustraído este miércoles de un depósito militar en el municipio de Tancos, en el centro de Portugal, informó hoy el Ejército de este país.
La desaparición del material se detectó este miércoles, cuando los uniformados comprobaron que se había producido "una violación de los perímetros de seguridad de los Depósitos Nacionales de Tancos", situados en el distrito de Santarém, explicó el Ejército en un comunicado.
Tras efectuar una inspección se constató que faltaban "granadas de mano ofensivas y municiones de calibre 9 milímetros", ante lo cual se dio aviso a la Policía Judicial Militar, que ha comenzado las pesquisas pertinentes.
Asimismo, se ha informado de la situación a la Fiscalía, la Policía Judicial y el ministro de Defensa, José Alberto Azeredo Lopes, agregó el Ejército.
Este miércoles el Ministerio de Defensa de Eslovaquia detectó la desaparición de 300.000 unidades de munición de uso militar y deportivo de un almacén del ejército en Sklene, en el norte del país.
El pasado abril ya desaparecieron 120 granadas y diez proyectiles antitanque de otro depósito militar, lo que motivó la convocatoria de un pleno extraordinario del Parlamento.
Lubomir Galko, ministro de Defensa entre 2010 y 2011, señaló hoy al diario "Sme" que en ambos casos puede tratarse de un sabotaje orquestado por personal del Ministerio del Interior para tratar de desacreditar a rivales políticos.
El Ministerio de Defensa está en manos del Partido Nacional Eslovaco, mientras que el del Interior está controlado por sus socios gubernamentales del socialdemócrata SMER.
Eslovaquia ha sido criticada en el pasado por haberse convertido en uno de los principales suministradores del mercado negro de armas, del que hacen uso desde terroristas islamistas hasta la mafia italiana, debido a las lagunas legales, la falta de controles y la búsqueda de beneficio económico por parte de algunos empresarios.
Las armas usadas en varios ataques y atentados terroristas en los últimos años, como algunas de las empleadas en París en enero de 2015, procedían de Eslovaquia, donde habían sido adquiridas legalmente tras haber quedado, en teoría, inutilizadas.