Manny Pacquiao mantuvo un perfil discreto, al parecer por recomendación de la policía local, por lo que su rival Jeff Horn debió encargarse de animar un entrenamiento al aire libre en el centro de Brisbane.
Pacquiao, 11 veces campeón mundial, defender su cetro welter de la OMB el domingo en el Suncorp Stadium, donde es el gran favorito para conseguir la victoria número 60 de su carrera.
En una visita previa para promover la llamada “Batalla de Brisbane”, Pacquiao se vio abrumado por una multitud de fanáticos que se presentaron a un improvisado acto público.
Fue así que los organizadores de la pelea aceptaron la recomendación de la policía del estado de Queensland y le dieron al senador filipino un día de descanso el jueves, sin incluirlo en las actividades de promoción. Horno sí compareció al mediodía para una ligera práctica en un tinglado que se levantó cerca del centro comercial de Queens Street.
"Por cuestiones de seguridad, Manny no pudo estar aquí”, dijo el director de Duco Events Dean Lonergan said. "Aceptamos el consejo de la policía de Queensland”.
De todas formas, el bando de Pacquiao se encargó de consignar su mensaje el miércoles cuando su entrenador Freddie Roach pronosticó que la pelea sera´“muy breve”, definiéndose por la vía rápida.
La última de las 38 victorias por nocaut de Pacquiao (59-6-2) fue en 2009, pero ha asegurado que ha cumplido su mejor preparación en año para esta pelea. Ha derribado a varios en sus sparrings, según Roach. El entrenador dijo que ha tenido que interrumpir varias sesiones porque rebasar la intensidad.
Los promotores de Horn han acusado al bando de Pacquiao de tomarse a la ligera la pelea, reprochándole al filipino de 38 años de hablar prematuramente sobre una posible revancha con Floyd Mayweather y que fue irrespetuoso en una rueda de prensa al activar su teléfono para enviar mensajes de texto.
Pero Pacquiao está acostumbrado a todo el ruido en la antesala de las peleas, y sostiene que no hay algo que le gusta más que enfrentar a un rival en su propio patio y en un escenario abarrotado.
Es lo que tendrán en una pelea que se disputará por la tarde y al aire libre. Lonergan dijo que ya se han vendido 47.000 entradas — casi 10.000 más del récord en Australia para una pelea de boxeo — y que están encaminados para superar los 50.000.
La pelea también promete superar el récord de ventas de pago por ver en Australia y la transmisión en vivo por ESPN podría tener una sintonía de 95 millones de hogares en Estados Unidos la noche del sábado.
Pacquiao es amplio favorito frente a Horn, un ex maestro de 29 años que está invicto en 17 peleas como profesional.
Pero Horn dice que su juventud y físico (aún necesita bajar 3 kilogramos — 6,6 libras — para hacer el peso) juegan a su favor ante Pacquiao.
Desde su derrota ante Mayweather en abril de 2015, Pacquiao derrotó a Tim Bradley y Jessie Vargas.
Horn subrayó que se desplaza mejor que Vargas y que será un adversario más difícil para Pacquiao.
“No voy a decir que lo voy a noquear, pero es una pelea que estoy en condiciones de ganar”, señaló Horn.
Horn tiene 10 victorias contra rivales situados entre los 15 mejores del ranking y cuenta con 11 nocauts dentro de su foja de 16-0-1. Pero ninguno de esos oponentes se acerca al calibre de Pacquiao.
De todas formas, cuando se le preguntó si tenía la pegada para derribar a Pacquiao, Horn no titubeó.
“Claro que sí”, replicó. “Si logro calzarle un buen golpe a Manny Pacquiao, acabará durmiendo”.