Bangui, EFE).- Al menos 22 personas murieron en nuevos combates entre milicias en la ciudad de Zemio, en el sureste de la República Centroafricana, después de que el Gobierno firmara recientemente un alto al fuego con diferentes grupos político-militares, informaron hoy fuentes gubernamentales.
Una veintena de personas murieron desde el pasado miércoles en enfrentamientos entre rebeldes de la Unión para la Paz en Centroáfrica (UPC) y milicias que reclaman su autodefensa, sumiendo a la ciudad en el caos.
"Las organizaciones humanitarias tienen dificultades para trabajar sobre el terreno. La Cruz Roja local y Médicos sin Fronteras no son capaces de surcar las calles para recoger los cadáveres que aún hay en el suelo y que sirven de alimento a los cerdos", declaró el gobernador de la provincia de Haut Mbomou, Ghislain Dieu-Béni Koléngo.
Además, desde el pasado miércoles se han producido numerosos saqueos e incendios de casas en la zona, empeorando la tensa situación, según el gobernador de Zemio, Martin Dalou-Wamboli, que expresó su preocupación por la amenaza de un ataque armado contra civiles desplazados en varias iglesias de la ciudad.
"Los habitantes vaciaron la ciudad. La gente se refugió en el hospital, el campamento del ACNUR y en varias iglesias. Ayer milicianos de la UPC iban a atacar una iglesia, pero el sacerdote avisó a la Minusca (la misión de la ONU en el país), que se interpuso para proteger a los desplazados", explicó Dalou-Wamboli.
El gobierno de Zemio alertó de las difíciles condiciones de vida de los desplazados internos, que carecen de agua potable, alimentos, y un lugar para refugiarse.
El Ejecutivo nacional calificó la situación de "militar y criminal" y denunció que el país se enfrenta a "una especie de guerra territorial donde cada uno de los grupos armados trata de ocupar áreas causando daños colaterales y pérdida de vidas humanas", según dijo el ministro de Seguridad Pública, Jean Serge Bokassa, a una radio local.
Un total de 21.500 personas entraron en las últimas semanas en la República Democrática del Congo huyendo de la violencia en la República Centroafricana, informó ayer ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados.
La violencia también ha afectado seriamente a los 3.000 refugiados congoleses que viven en un campamento en Zemio.
Además, ataques recientes en la ciudad de Bria, en el centro-este del país, causaron la muerte de 136 personas y dejaron 36 heridos, 600 viviendas quemadas y 180 más saqueadas, según la agencia de la ONU.
A finales de mayo, el Gobierno y la ONU informaron de que al menos 300 personas habían muerto en tan solo dos semanas por los enfrentamientos armados entre las milicias.
Los continuos enfrentamientos y los ataques de estos grupos armados, que han tenido como objetivo también a tropas de la ONU, han llevado a la Minusca a reforzar sus posiciones en las zonas afectadas.
La República Centroafricana vive un complicado proceso de transición desde que en 2013 los exrebeldes Séléka derrocaran al presidente François Bozizé desatando una ola de violencia sectaria entre musulmanes y cristianos que causó miles de muertos y ha obligado a cerca de un millón de personas a abandonar sus hogares.