México, 25 jul (EFE).- Al menos 1.340 pacientes en edad pediátrica han sido beneficiados desde 1989 por el Programa de Trasplante Renal del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), informó hoy el organismo en un comunicado.
El programa ha logrado su éxito al demostrar que la supervivencia del injerto es del 98 % al año de haberse realizado el procedimiento, indicó la doctora Martha Ortiz Aranda, directora de la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) de Pediatría del IMSS en Jalisco.
"Del total de procedimientos, 1.161 se han realizado a través de un donador vivo relacionado y 179 son producto de donaciones cadavéricas", indicó.
Ortiz Aranda destacó que, actualmente, la lista de espera de pacientes pediátricos que esperan recibir un riñón y ser trasplantados en la UMAE en Jalisco es de 13.
Agregó que las edades donde se dan los casos más frecuentes están entre los 12 y los 16 años.
La especialista señaló que gracias a los avances tecnológicos actuales hoy en día es posible realizar los trasplantes pediátricos vía intraabdominal y extraperitoneal, esta última está indicada para pacientes con peso corporal menor a 10 kilos.
"Esto reduce las complicaciones y permite reanudar la alimentación más rápido tras la intervención quirúrgica y se puede tener un mayor acceso en caso de ser necesario una toma de biospia renal, en caso de disfunción del injerto", detalló.
Ortiz Aranda indicó que los pacientes trasplantados y sus familiares deben recibir orientación e información tras la operación, acerca de lo que es la enfermedad y lo que implica someterse a un trasplante, así como los cuidados que se deben tener.
Asimismo, deben poner especial atención en las características e indicaciones de los medicamentos prescritos, sus efectos, aspectos nutricionales y signos de alarma ante el posible rechazo del órgano y saber qué medidas tomar.
En cuanto a la prevención de la enfermedad renal y el diagnóstico oportuno, la especialista recomendó realizar chequeos periódicos a los niños.
"Es muy importante que toda la población se realice exámenes de laboratorio cada seis meses. Es necesaria una química sanguínea, así como mediciones de urea, creatinina y un examen general de orina para identificar en forma temprana proceso de daño renal", precisó.