AIN ISSA, Siria (AP) — La joven indonesia de 17 años presentó una convincente oferta a su familia: atraída por lo que había leído en internet, dijo a sus padres, hermas, tíos y primos que deberían mudarse a Siria para unirse al grupo extremista Estado Islámico.
Cada uno de sus dos docenas de familiares encontró algo interesante en la propuesta. Educación y atención sanitaria gratuita para las jóvenes, el pago de las importantes deudas de su padre y su tío y trabajo para los hombres más jóvenes.
Además, tendrían la oportunidad de vivir en lo que se describía como una sociedad islámica ideal en ascenso.
No pasó mucho tiempo hasta que sus sueños se rompieron y sus esperanzas de una vida mejor quedaron destruidas, al tiempo que los beneficios prometidos no se materializaban. En su lugar, la familia se encontró con una sociedad donde se esperaba que las mujeres solteras se casasen con combatientes de la milicia radical, donde reinaban la injusticia y la brutalidad y con una guerra que movilizó a todos los hombres aptos al frente.
En una entrevista con The Associated Press, Nurshardrina Khairadhania, que ahora tiene 19 años, recordó la fatídica decisión de su familia de mudarse al feudo de EI en Siria, Raqqa, hace dos años y cómo, solo unos meses después, comenzó su intento de huida.
Durante el tiempo que la familia estuvo separada, su abuela falleció y un tío fue asesinado en un ataque aéreo.
"EI solo comparte en internet las cosas buenas", dijo la joven, que responde al apodo de Nur.
Ahora vive con su madre, dos hermanas, tres tías, dos primas y sus tres hijos pequeños en Ain Issa, un campo para desplazados gestionado por las fuerzas kurdas que intentan expulsar a EI de Raqqa. Su padre y cuatro primos que sobrevivieron están detenidos un poco más al norte. Mientras los hombres son interrogados por las fuerzas kurdas en busca de posibles vínculos con la milicia, las mujeres esperan en una tienda bajo un calor abrasador, esperando que la familia pueda reunirse y regresar a su casa en Yakarta.
La familia de Nur es una de las miles procedentes de Asia, Europa, África, América de Norte y Oriente Medio que fueron seducidas por la nueva sociedad islámica anunciada por EI en sus cuidados videos propagandísticos, blogs y otros medios sociales.