Quizás recuerdes la escandalosa revelación, hace algunos años, de que una hamburguesa contenía carne de cientos de vacas.
Esa práctica, contrario a lo que muchos creen, no está confinada a los restaurantes de comida rápida.
Los supermercados usan “grandes distribuidores donde una libra de carne molida puede contener carne de hasta mil animales diferentes, por lo que es imposible trazar ningún origen allí”, dijo Terry Ragasa, de la prestigiosa carnicería Sutter Meats, al HuffPost.
“Dicen ‘carne fresca’, pero la práctica habitual en la tienda de comestibles es ‘fresca’ de algo que ha sido previamente molido. La mayoría de los lugares tienen grandes bolsas llenas de carne gruesa previamente molida, y luego muelen eso de nuevo y lo marcan como fresco”, explicó Ragasa.
La posibilidad de rastrear el origen de los alimentos es importante en la industria alimentaria, pues ayuda a contener cualquier posible brote de enfermedades transmitidas a través de la comida.
Por supuesto, no todos los supermercados utilizan esas malas prácticas, pero se puede asumir que está vigente para muchas de las cadenas más grandes y podría incidir en el abaratamiento de los precios de la carne molida.
Si la noción de comer carne molida o hamburguesas provenientes de cientos o miles de vacas te incomoda, lo ideal es buscar un buen carnicero, que molerá carne fresca diariamente.
Además, la carne molida es más propensa a infectarse con bacterias porque tiene mucha superficie, así lo informa el portal web La Tribuna.
“Un buen carnicero buscará animales enteros de las granjas locales y molerá los músculos individuales de esos animales individuales, así que usted entra en una carnicería verá filetes, asados, y la carne molida y es todo no sólo de la misma granja, sino por lo general del mismo animal”.
El precio, por supuesto será más elevado. Tú decides.