Los miedos han evolucionado con los animales desde el principio de los tiempos. Probablemente se trata de la primera estrategia de supervivencia que se graba a fuego en el cerebro y nos evita situaciones de peligro. Pero no todos los recuerdos de miedo son beneficiosos para nuestra supervivencia. Por ejemplo, para los supervivientes de accidentes de coche, no sería beneficioso revivir el trauma cada vez que se sientan en un coche.
Un grupo de investigadores de la Universidad de California en Riverside, liderados por Jun-Hyeong Cho y Woong Bin Kim, han ideado un método para borrar selectivamente este tipo de memorias, debilitando las conexiones entre las neuronas involucradas en su formación.
En una serie de experimentos de laboratorio, los expertos descubrieron que la memoria del miedo puede ser manipulada de tal manera que se conservan algunos recuerdos beneficiosos mientras que otros, perjudiciales para nuestra vida cotidiana, se borren.
“En el cerebro – explica Cho en un comunicado –, las neuronas se comunican a través de conexiones sinápticas, en las que las señales de una neurona se transmiten a otra neurona por medio de neurotransmisores. Lo que hemos demostrado con este estudio, es que la formación de la memoria del miedo asociada con una señal auditiva específica, implica el fortalecimiento de ciertas conexiones sinápticas que transmiten señales auditivas a la amígdala, un área del cerebro esencial para el aprendizaje del miedo y la memoria. Debilitar selectivamente las conexiones, borra estos recuerdos”.
Para llegar a esta conclusión, publicada en Neuron, los científicos expusieron a ratones a dos sonidos: un tono agudo y un tono bajo. Ninguno de los dos tonos producía una respuesta de miedo en los animales. A continuación, al tono más agudo, lo sincronizaron con un toque eléctrico suave. A partir de ese momento, cada vez que el roedor escuchaba el sonido (aún sin el estímulo), se quedaba quieto, en una actitud de temor. Luego, mediante la técnica de optogenética, determinaron las neuronas implicadas en esta reacción y debilitaron la conexión sináptica, lo que borró la memoria de miedo vinculada al tono agudo.
"En el cerebro, las neuronas que reciben los dos tipos de señales auditivas – añade Cho – están mezcladas. Sin embargo, pudimos estimular experimentalmente sólo aquellas que respondían al sonido de tono agudo utilizando estímulos de luz de baja frecuencia y borrar la memoria del miedo”.
Según Quo, los investigadores señalan en el estudio que este método puede ser adaptado para otras investigaciones vinculadas por ejemplo al aprendizaje o al tratamiento de los comportamientos adictivos.