Naciones Unidas, 19 sep (EFE).- El presidente estadounidense, Donald Trump, advirtió hoy en la ONU de los peligros de la "migración descontrolada" y abogó por ayudar a los refugiados "lo más cerca posible de sus países", en lugar de reasentarlos en Estados Unidos.
Trump aprovechó su primer discurso ante la Asamblea General de la ONU para defender su política migratoria, en un momento en el que, según medios estadounidenses, la Casa Blanca se plantea reducir el tope de refugiados que admite anualmente Estados Unidos a menos de 50.000, lo que supondría su nivel más bajo desde 1980.
"Por el coste de reasentar a un refugiado en Estados Unidos, podríamos ayudar a más de diez en su región de origen", aseguró el mandatario.
"Porque nuestros corazones son buenos, ofrecemos asistencia financiera a los países de acogida en la región (de Oriente Medio), y apoyamos los recientes acuerdos del G20 que buscarán acoger a los refugiados lo más cerca posible de sus países. Esta es la solución segura, responsable y humanitaria", argumentó.
La política estadounidense es "compasiva" y busca "ayudar a los horriblemente tratados" refugiados, al tiempo que "permite su eventual regreso a sus países de origen", agregó.
El líder norteamericano se pronunció así poco después de que el secretario general de la ONU, António Guterres, criticara en su intervención ante la Asamblea General las "puertas cerradas" y la "hostilidad abierta" contra los refugiados, y denunciara que hay "una crisis de solidaridad" en ese ámbito.
Trump destacó también en su discurso que, con la llegada de inmigrantes latinoamericanos a su país en las últimas décadas, Estados Unidos ha aprendido "que a largo plazo, la migración descontrolada es profundamente injusta tanto para los países que envían como para los que reciben" migrantes.
"Para los países que los envían, se reduce la presión doméstica para lograr reformas políticas y económicas necesarias, y les priva del capital humano necesario para motivar e implementar esas reformas", alegó.
"Y para los que reciben, los grandes costes de la migración descontrolada los tienen que pagar, de forma desproporcionada, ciudadanos de bajos ingresos cuyas preocupaciones a menudo son ignoradas por los medios y el gobierno", agregó, retomando uno de sus mensajes a sus votantes durante la campaña electoral de 2016.
El Gobierno de Trump limitó este año a 50.000 el número de refugiados que pueden entrar anualmente en EE.UU., menos de la mitad de los 110.000 permitidos anteriormente, y mediante su veto migratorio, el mandatario ha prohibido temporalmente la entrada al país de la gran mayoría de esas personas desplazadas.