El presidente enciende la NFL atacando a los jugadores que protestan rodilla en tierra cuando suena el himno nacional
Donald Trump ha vuelto a encender los ánimos esta vez enfrentándose a la liga de fútbol americano (NFL) y a los jugadores, en su mayoría afroamericanos, que para protestar por la discriminación y los continuados abusos policiales contra los negros se niegan a cantar el himno nacional. Cuando suena The Star-Spangled Banner en lugar de ponerse firmes y con la mano en el pecho, ponen una rodilla en tierra. Trump hizo un llamamiento a los propietarios de los equipos de la NFL para que despidan a los jugadores que protestan y lo hizo insultándoles con la mayor vehemencia. “Cuando un tipo hace eso, el dueño debería decir ¡Saque a ese hijo de puta fuera del campo ahora mismo, está despedido! ¡Despedidoooo!”.
La andanada ha tenido un efecto bumerán. Estrellas de la NFL y de la NBA han replicado con dureza al presidente y todo apunta a que las protestas aumentarán el fin de semana. Stephen Curry, estrella de los Warriors, declaró que pensaba votar en contra de celebrar el campeonato de baloncesto en la Casa Blanca. Trump entró al trapo y se peleó personalmente con varios jugadores en Twitter y a Curry le retiró la invitación. Acto seguido, LeBron James, líder de los Cavalliers, salió en defensa de su rival: “Visitar la Casa Blanca era todo un honor hasta que llegó él”. Lesean McCoy, de los Buffalo Bills, escribió: “Nuestro presidente es un gilipollas”.
LeBron James, Stephen Curry y una larga lista de estrellas de la NFL y la NBA se enfrentan al presidente
La protesta de las estrellas de la NFL la inició la temporada pasada Colin Kaepernick, quarterback de los San Francisco 49ers. “No me voy a levantar para mostrarme orgulloso de la bandera de un país que oprime a la gente negra”, declaró Kaepernick. La iniciativa provocó reacciones opuestas. Algunos jugadores de la NFL y estrellas de la NBA se sumaron a la protesta. “No puedo soportar el himno nacional y no pienso levantarme hasta que vea igualdad y libertad”, dijo Michael Bennet, defensa de los Seattle Seahawks, pero también hubo muestras de rechazo de aficionados.
Cuando terminó la temporada, Kaepernick no quiso renovar por los 49ers y estando libre ningún otro equipo ha querido ficharle. Se encuentra en el paro y todo el mundo lo atribuye a la represalia por su actitud de protesta, que, por cierto, recibió si no exactamente el apoyo, si la solidaridad del entonces todavía presidente Barack Obama.
Pero los tiempos han cambiado en EE.UU. y Trump aprovechó un mitin de apoyo a un candidato republicano al Senado, Luther Strange, para lanzar su ofensiva precisamente en Huntsville, Alabama, uno de los estados donde las posiciones del supremacismo blanco están más arraigadas. Trump aseguró que el presidente que despida a los jugadores que protestan “se convertirá durante una semana en la persona más popular del país”, porque, en su opinión, esa protesta es “una falta de respeto a nuestra historia nacional y una falta de respeto total a todo lo que defendemos”. Por ello también llamó a los aficionados a abandonar los estadios cuando los jugadores protesten contra el himno. “Si el público se va, las protestas se detendrán”, aseguró Trump.
La andanada del presidente ha causado estupor incluso en los directivos de la Liga Nacional, mayoritariamente republicanos. Roger Goodell, comisionado de la liga, fue contundente: “Estos comentarios dividen y muestran una desafortunada falta de respeto por la NFL y por nuestros jugadores, y una incapacidad por entender la importancia del potente papel que desempeñan nuestros clubs y nuestros jugadores en nuestras comunidades”.