Una visita al ginecólogo podría quitarte el sueño por varias razones. Tal vez porque es tu primera vez y sientes pena o tienes miedo que descubra algún problema de salud grave.
Aparte de eso, muchas mujeres (y tal vez hasta tú) suelen pensar demasiado en ese día incluso en otros aspectos como la limpieza íntima, los vellos, el olor que tengas y obviamente hasta si al médico le parecerá rara tu vulva.
En fin, esos pensamientos rondan días antes de la cita con el ginecólogo. Y mientras te examina continúas teniendo ideas, muchas de ellas erróneas.
Recuerda que ellos son profesionales de la salud que solo buscan tu bienestar. Lo que ocurre mientras estás con el ginecólogo es una minuciosa inspección en la que pone atención a detalles verdaderamente importantes. Te proporcionamos una lista que te mostrará las cosas en las que el médico está completamente enfocadas y en cuáles no.
* No en tu vello púbico. No es cierto que el protagonismo de tu cita se lo llevará el vello púbico, aunque tu médico lo verá, no es su intensión hacer un análisis de él. Está bien si tú quieres depilarlo un día antes de tu visita al especialista, de igual modo es válido si no quisiste hacerlo.
* No en tu olor. Ocurre algo curioso, mientras muchas mujeres piensan que el olor de la vulva puede molestar al ginecólogo, la realidad es que tus pies podrían ser más incómodos. El examinador los tendrá uno a cada lado. Imagina qué vergonzoso sería que huelan mal. Por eso manténlos limpios y asegúrate que no incomoden a tu médico.
* No en tu sangre. Si vas a someterte a un “papanicolau o papanicolao” (el examen para demostrar si hay riesgo de padecer de cáncer de cuello uterino) mejor agenda tu cita de acuerdo a tu ciclo menstrual o consulta a tu médico qué debes hacer. Pero si no es el caso, puedes asistir a tu cita. Los ginecólogos están acostumbrados a lidiar con fluidos como los de la menstruación.
* Sí en tus síntomas. Al ginecólogo le interesa saber qué sientes, cómo, cada cuánto y por qué, para darte un diagnóstico certero. Es tu deber hablar con honestidad, por ejemplo si tienes comezón no sientas vergüenza de decírselo.
* Sí tu opinión. Si vas para que te implanten un anticonceptivo tienes todo el derecho de elegir el que mejor te convenga. Escucha las sugerencias que te haga, aunque su deber es orientarte, también debe oír tu opinión. La mayoría de mujeres se decanta por los DIU porque son seguros, duran mucho tiempo y no requieren mucho mantenimiento.
* Sí quiere saber cómo es tu vida sexual. La razón es porque así hará un mejor diagnóstico. Incluso háblale de otros tipos de sexo que practicas. Al médico también le ayuda conocer cuántas parejas sexuales has tenido, no pienses si te va a juzgar por ello o no, hazlo en pro de mejorar tu salud y que comprenda mejor tu vida para recetarte algo efectivo.