Budapest, 3 oct (EFE).- La Fiscalía de la ciudad húngara de Kecskemét ha acusado a otras tres personas en el caso de los 71 refugiados que en agosto de 2015 que fueron hallados asfixiados en un camión frigorífico sellado, por lo que son ya 14 los imputados.
Los tres nuevos imputados, dos ciudadanos búlgaros y un afgano, están acusados de tráfico de personas con el agravante de pertenencia a una organización criminal.
La furgoneta con los 71 refugiados muertos en su interior fue localizada abandonada en el arcén de una autopista austríaca, cerca de la frontera con Austria. La autopsia reveló que cuando los refugiados murieron, el vehículo aún se encontraba en suelo húngaro, por lo que es en este país donde comenzó el juicio el pasado junio.
Entre los fallecidos se contaban cuatro menores.
Sobre el afgano, de 26 años y considerado uno de los cabecillas de la red de trata de personas, pesa una orden internacional de busca y captura, mientras que las autoridades creen que los dos búlgaros actuaban de conductores.
En total, son ya 14 los imputados en este caso. Para cuatro de ellos, la Fiscalía pide cadena perpetua por delitos de homicidio.
La muerte de los refugiados se produjo antes de que en septiembre de 2015 Austria y Alemania abrieran sus fronteras y permitieran el paso de cientos de miles de refugiados que, procedentes de Asia y Oriente Medio, huían hacia Europa Occidental pasando por Turquía, Grecia, Serbia y Hungría.
En contexto
Un tribunal de Szeged (sur de Hungría) confirmó el lunes en segunda instancia la sentencia de tres años de libertad condicional por "vandalismo" a una reportera que en 2015 pateó y puso zancadillas a varios refugiados cerca de la frontera con Serbia, informó la agencia MTI.
La periodista húngara Petra László, que entonces colaboraba con la televisión local N1, cercana al partido de extrema derecha Jobbik, fue filmada en septiembre de 2015 en el momento que agredía a los refugiados.
Mientras filmaba un grupo de centenares de refugiados que trataron escapar de la zona que los guardias de frontera les habían designado, László primero pateó a una niña y poco después trató de parar a un hombre sirio que llevaba a su hijo en brazos con una zancadilla.