Miami (EE.UU.), 3 oct (EFE).- El reo Michael Lambrix, que será ejecutado este jueves en Florida, aseguró hoy que mató en defensa propia y envió una manuscrito al Tribunal Supremo de EE.UU. con el que busca detener que le apliquen la inyección letal.
Lambrix, de 57 años y condenado a la pena de muerte por el doble asesinato de Clarence Moore y Aleisha Bryant en 1983, respondió hoy a las preguntas de periodistas, un hecho que, aunque permitido, es inusual.
El reo aseguró al diario Tampa Bay Times que el jueves no habrá una ejecución, sino "un asesinato a sangre fría".
Según su versión sobre los hechos por los que fue condenado, ocurridos en su casa rodante en una zona rural del centro de Florida, él mató a Moore en defensa propia después de que este acabara con la vida de Bryant.
El condenado señaló que el proceso de la pena capital "es más sobre la política de la muerte que la administración de justicia".
El preso envió un manuscrito de 25 páginas al Tribunal Supremo de Estados Unidos para reforzar una última moción de su abogado, William Hennisen.
El letrado presentó hoy ante la corte suprema federal una moción con la que espera detener la ejecución con inyección letal programada para este jueves en la prisión en Starke, en el norte de Florida.
El procedimiento es uno más de una larga batalla legal, que además enfrentó un limbo legal de más de un año, desde que en enero de 2016 el Tribunal Supremo de EE.UU. calificó de "inconstitucional" la forma como Florida decidía las penas capitales.
Debido a esa decisión, el estado de Florida tuvo que cambiar ese proceso y ahora la pena se decide por "unanimidad" del jurado, no por mayoría simple.
Florida, junto con Alabama y Delaware, era uno de los pocos estados que no requería un veredicto unánime del jurado para sentenciar a un condenado a la pena de muerte.
Aunque Lambrix fue sentenciado tras dos votaciones del jurado de 8-4 y 10-2, que ahora son inconstitucionales, no será favorecido con la decisión del Tribunal Supremo.
La Corte Suprema de Florida argumentó que fue sentenciado antes de 2002, bajo una política descrita como de "retroactividad parcial".
Lambrix, cuya ejecución estaba inicialmente prevista para el pasado 11 de febrero, será el segundo en enfrentar la pena de muerte después del limbo legal en Florida. El primero fue Mark James Asay, ejecutado en agosto pasado también por asesinato.
Desde 1976, han sido ejecutados 93 condenados a muerte en Florida. Actualmente, unas 400 personas, cuatro de ellas mujeres, esperan en el corredor de la muerte su ejecución mediante inyección letal.
Desde 1991, el año en el que hubo más ejecuciones en Estados Unidos fue 1999 (98) y en 2005 se registró la cifra más baja (28).
Lambrix en su entrevista con el diario dijo además que de última cena pidió el menú típico de la celebración de noviembre de Acción de Gracias en Estados Unidos, compuesto por pavo horneado, puré de papa y judías verdes.