La historia de esta empresa familiar data desde 1950, cuando en ese entonces la joven Gladis Munguía madre de siete hijos y empujada por la necesidad de generar ingresos decide junto a su esposo iniciar a vender pan.
“Allí surge la idea de vender pan, los vecinos la motivaron que su pan era bueno. Empezó sola después buscó vendedores en canasto”, comenta a Voces de Éxito Juan Ocaña, hijo de esta emprendedora leonesa.
El camino de esta panadería familiar ha sido largo, durante muchos años han competido con marcas internacionales que se venden en el país, situación que los motiva a seguir mejorando y diversificando la variedad de panes que ofrecen al mercado.
Rótulos de Madera, una familia comprometida con el éxito
Ocaña enfatiza que León Dorado se esfuerza por entregar un producto competitivo. “La estrategia ha sido la calidad, preocuparnos por mantener la calidad. Con el sabor tratamos de emplear los mejores materiales e ingredientes que otros no usan por el costo”, señala.
Esta empresa familiar genera al menos 60 empleos directos, distribuidos en el taller y la tienda en donde venden los productos que elaboran. Pero pese al éxito que ha tenido la gerencia se propone seguir creciendo. “La proyección es abarcar más territorio, Chinandega, Corinto y Managua próximamente”, indica Ocaña.
En esta empresa laboran tres generaciones de la misma familia, un legado que los ha llevado a pensar en heredar a los venideros, mejores condiciones, equipos más tecnificados y procesos eficientes para seguir llevando las delicias que elaboran a los leoneses.
La marca y el nombre que su fundadora forjó durante 40 años de dirección, se considera uno de los valores más importantes para la familia Ocaña Munguía, por lo que mantener el prestigio con trabajo y dedicación es una meta diaria.
Para triunfar en un negocio la constancia, responsabilidad y el esfuerzo son indispensables, esos valores panadería León Dorado los ha puesto en práctica y hoy los tienen como una de nuestras Voces de Éxito.