Pekín, 20 oct (EFE).- China ha autorizado una vacuna contra el ébola diseñada dentro del propio país, según anunció hoy la Administración de Alimentos y Medicamentos de China (CFDA, por sus siglas en inglés), lo que la convierte en el tercer país en desarrollar esta fórmula después de Estados Unidos y Rusia.
La vacuna ha sido creada por la Academia China de Ciencias Médicas y por la compañía de biotecnología CanSino Biologics, basada en la ciudad portuaria de Tianjin (norte) y dedicada al desarrollo y comercialización de vacunas para seres humanos.
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El compuesto está basado en la mutación genética del virus del ébola de 2014 y tiene la forma de un polvo liofilizado, lo que permite que se mantenga estable en temperaturas de hasta 37 grados centígrados durante un máximo de dos semanas y ser adecuada por ello para el clima de África Occidental.
Clínicamente autorizada por la CFDA en febrero de 2015, la vacuna ha sido testada en Sierra Leona, uno de los países más afectados por esta enfermedad.
El virus del ébola fue descubierto en 1976 y en los últimos cuatro años ha afectado de forma severa a países como Guinea, Liberia y Sierra Leona, donde se ha cobrado la vida de más de 11.000 personas.
En contexto
Al menos 74 personas han muerto debido a la epidemia de peste bubónica y neumónica que asola Madagascar, según la Federación Internacional de la Cruz Roja (FICR), cuyo secretario, Elhadj As Sy, se trasladó hoy al país africano para coordinar la respuesta sanitaria.
Más de 800 personas han resultado afectadas por estas enfermedades, que habitualmente afectan a unas 400 personas en todo el país en brotes regulares cada año.
Esta estadística refleja una mayor incidencia en el brote de este año que, al contrario que otros años, no se compone principalmente de peste bubónica, una modalidad de la enfermedad en la que la bacteria afecta al sistema linfático.
En algunos casos, del sistema linfático se pasa al pulmonar, permitiendo así la transmisión humano a humano -algo que no ocurre con la bubónica– a través de las excreciones bucales, como la tos y la saliva.
La versión pulmonar, provocada por la bacteria Yersinia pestis, es más peligrosa y más difícil de tratar que la linfática y puede ser mortal en 24 horas si no es tratada a tiempo con antibióticos.