Manila, 1 nov (EFE).- Millones de filipinos acudieron hoy en masa a visitar a sus seres queridos fallecidos con motivo del Undas o Día de los Difuntos, una señalada jornada que cada año llena de fiesta y color los cementerios de todo el país.
En los camposantos de Manila, una metrópolis de 13 millones de habitantes, las aglomeraciones comenzaron a primera hora de la mañana, con riadas de gente llegada de diversos lugares para llevar ofrendas de flores y cirios a las tumbas de sus allegados.
A pesar de la fuerte lluvia de la jornada, como cada primero de noviembre los lugares de descanso de los muertos han abandonado su habitual ambiente de calma para albergar auténticos festivales con más de dos millones de visitantes, paraguas en mano la mayoría, solo en el área metropolitana de la capital.
Las calles de los cementerios se abarrotaron con puestos que vendían desde alimentos fritos o a la brasa hasta flores y todo tipo de ofrendas para los finados, mientras la basura y la cera de las velas se han ido acumulando en el suelo junto a las tumbas.
#Filiphinas Cementerios filipinos se llenan de color en el Día de los Difuntos ? pic.twitter.com/B9KvTz549L
— TN8 Nicaragua (@canaltn8) November 1, 2017
Muchas de las familias llegaron en la víspera e instalaron toldos dentro de las necrópolis para pasar allí la noche y todo el día de hoy, montando cocinas improvisadas donde preparar arroz y platos típicos, además de conversar, jugar a las cartas o expresar sus rezos y plegarias.
Tampoco han faltado la música, el alcohol, partidas de póquer o competiciones de karaoke, aunque este año de forma menos generalizada después de que las autoridades impusieran severas restricciones para evitar incidentes.
La Policía ha controlado el acceso a los cementerios, donde se ha prohibido el acceso de bebidas alcohólicas, animales de compañía, altavoces, guitarras, cartas de juego y otros objetos para apuestas, además de objetos peligrosos como materiales inflamables, cuchillos, y otras armas.
Este año las medidas de seguridad se han reforzado, con el despliegue de más de 5.000 agentes policiales solo en la capital, debido a la amenaza del terrorismo islámico en Filipinas.
El director de la Policía Nacional de Filipinas, Ronald dela Rosa, pidió a los ciudadanos mantener la guardia ante posibles conductas sospechosas que pudieran estar relacionadas con los diversos grupos yihadistas que operan al sur del país.
Mientras, la mayoría de los hospitales aumentaron su personal para dar respuesta a las urgencias y se instalaron puestos de socorro en las calles adyacentes a los mayores cementerios de la capital.
#Filiphinas En los camposantos de Manila las aglomeraciones comenzaron a primera hora de la mañana, con ofrendas a las tumbas ? pic.twitter.com/xRfKul6b7h
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