Estas fueron las ¡totalmente positivas consecuencias! que relata una periodista al tomar agua en ayunas durante 30 días.
1. Empecé a sentirme más fresca y saludable.
A los pocos días de empezar a beber agua en ayunas, comencé a sentirme más liviana, con la sensación de que el cuerpo se iba desintoxicando más fácilmente.
2. Mejoró mi metabolismo.
Esta práctica hizo que fuera más llevadera mi dieta. Ya no siento el hambre que me desesperaba a cada hora, la necesidad de picar entre comidas desapareció y tengo más energía.
3. Me ayudó en la pérdida de peso.
Además de sentir menos hambre, mis digestiones dejaron de ser lentas y pesadas. Y el tener más energía me motivó a ejercitarme más.
4. Alivió mi acidez.
Cada tanto sufría de indigestión y tenía reflujo, pero al comenzar a beber agua en ayunas este problema fue desapareciendo y ya no siento ese horrible malestar que me acechaba después de cada comida.
5. Mi piel mejoró su apariencia.
No voy a mentir, solían darme más años de los que tengo. Empezar este ritual evitó que me aparezcan más arrugas y ¡dió una luminosidad a mi piel que nunca había tenido!
6. Mi cabello también mejoró.
Por lo general debía cortarme las puntas del pelo hasta dos veces por mes por lo quebradizas que estaban. Beber agua en ayunas no sólo hizo que el crecimiento fuera más saludable, ¡sino que ahora también tiene un brillo natural increíble!
7. Dejé de padecer infecciones urinarias.
Lo que con ningún antibiótico lograba solucionar, beber agua en ayunas lo resolvió. En este punto el cambio fue rotundo, ¡ya ni recuerdo la molesta sensación de ardor!
8. Hace tiempo que no me enfermo.
Este ritual realmente mejoró mis defensas. Algo tan sencillo como beber agua con el estómago vacío me ayudó a hacerle frente a las enfermedades sin tener que recurrir a medicamentos.
¿Cómo puedes aprovechar al máximo los beneficios de beber agua en ayunas?
Sigue este método para sentirte con energía durante todo el día:
– Bebe cuatro vasos de agua inmediatamente después de despertar, antes de cepillarte los dientes y con el estómago vacío. Si se te hace difícil comenzar con cuatro vasos, empieza con uno y ve aumentando la cantidad gradualmente.
– No comas nada durante los próximos 45 minutos.
– Bebe agua al menos 30 minutos antes de comer, pero no durante las siguientes dos horas después del desayuno, almuerzo y cena.