La lluvia anual de estrellas Leónidas, que suele producirse a mediados de noviembre, llegará a su apogeo entre las últimas horas del 17 de noviembre y las horas previas del amanecer del 18 de noviembre.
De acuerdo con el portal Space.com, esta lluvia de meteoros es famosa por producir las tormentas de meteoritos más intensas de la historia, aunque este año se espera que su intensidad sea modesta: entre 10 y 20 meteoros por hora.
A diferencia del año anterior, las condiciones para observar las Leónidas serán perfectas, debido a que la Luna estará en su nueva fase y su luz no impedirá la observación del fenómeno. Esta lluvia de estrellas parece originarse en la constelación de Leo, pero no se recomienda mirarla directamente para no perderse los meteoros con las colas más largas.
Los habitantes del hemisferio norte podrán ver mejor el espectáculo celeste, pero el fenómeno será observado también por los del hemisferio sur. La Leónidas se podrán ver a simple vista, sin la necesidad de ningún equipo especial. Para una mejor observación se recomienda alejarse de las luces urbanas.
En contexto
Por otro lado, falta mucho, pero astrónomos ya predijeron en qué momento el Sol se convertirá en un gigante rojo que consumirá la mayoría de los planetas del sistema solar. Aún deben pasar 5.000 millones de años, pero los científicos ya se encargaron de detallar cómo lucirá el astro en ese momento, en el que también causará estragos radiactivos y gravitacionales en cuerpos celestes exteriores.
Para describirlo, utilizaron el radiotelescopio más grande del mundo, el ALMA (Atacama Large Millimeter / submillimeter Array), ubicado en Atacama, Chile, y con él captaron otra estrella roja que en algún momento tuvo la misma masa que el Sol pero que, al llegar a su vejez, se hinchó. Incluso, su radio es, en la actualidad, el doble de la distancia existente entre el Sol y la Tierra, algo que podría pasar entre estos en el futuro, publicó el sitio Nature.