A menudo, cuando llega el momento de llevar a tus hijos al odontólogo, ellos lo viven con temor. Y si bien es normal que se sientan nerviosos, hay muchas cosas que puedes hacer para que no solo no tengan miedo, sino que disfruten de la visita y adopten el hábito de realizar controles periódicos para mantener su salud bucal óptima. Aquí compartimos algunas.
Elige un profesional especializado
El odontólogo que elijas para tus hijos marcará la diferencia. Elige un profesional cálido, con experiencia en niños. Un profesional especializado en los más pequeños podrá detectar con mayor eficiencia posibles problemas. Además, están capacitados para tratar con ellos y suelen tener consultorios con decoraciones divertidas e incluso algunos juguetes, que ayudarán a que estén más relajados durante la visita. Si tienes dudas sobre cómo encontrar el odontólogo perfecto, pide recomendaciones al médico pediatra de tus hijos o a los padres de los amigos de tus niños, que seguro podrán ayudarte.
Acompáñalos en todo momento
Tus hijos necesitan sentirse seguros, especialmente cuando están enfrentando una situación nueva o que les genera ansiedad. Asegúrate de estar con ellos durante toda la consulta, prestándoles atención y conteniéndolos. Conversa con el profesional de manera distendida, y asegúrate de que tus niños sepan a cada momento qué está sucediendo durante la consulta y para qué se realiza cada paso, desde la revisación hasta la limpieza. Aprovecha el momento y felicítalos por su salud bucal para darles un refuerzo positivo.
Llévalos a tu propia consulta
Tus hijos observan lo que haces y aprenden de ti. Por eso, una excelente manera de lograr que no teman a su odontólogo es predicar con el ejemplo. ¡Llévalos contigo a tu próxima visita de rutina! Ver cómo alguien a quien aman y admiran asiste a la consulta con optimismo los ayudará a sentirse seguros y confiados cuando llegue su turno. Procura mostrarte sonriente para que sientan que para ti es una actividad agradable que no tiene por qué causar miedo.
Haz que se convierta en una experiencia divertida
El día de la consulta, incluye una actividad que a tus niños les guste. Tomar la merienda juntos luego de la visita, ver una película o dar un paseo al aire libre. Lo importante es que el día se convierta en una ocasión alegre, para que no asocien al odontólogo con sentimientos negativos.
¡Conviértelo en un hábito!
Ahora que tus hijos ya no temen al odontólogo, ¡es hora de programar la próxima visita! Es importante que los lleves dos veces al año para asegurarte de que todo va bien. El profesional no solo podrá detectar las caries a tiempo, sino que también podrá revisar que la posición de las piezas dentarias sea la correcta, o asesorarte en cuanto a tratamientos de ortodoncia de ser necesario. ¡La sonrisa de tus niños merece lo mejor!