Los pequeños son de verdad impredecibles cuando deben presentarse ante un público y realizar una acción determinada.
Es que muchos funcionan a su propio ritmo, mientras otros se desconcentran, olvidan sus partes o hacen lo que se les dé la gana.
Este divertido clip nos muestra un grupo de niñas de 4 años que debían presentar un baile en el escenario de manera coordinada entre ellas; sin embargo, una de las niñas tiene una gran cantidad de energía y cada su paso se transforma en un espectáculo aparte para el público. ¡Disfruta!
A los niños, desde muy pequeñitos, les encanta bailar. Es escuchar música y ponerse a bailar, enseguida su cuerpo empieza a moverse. El baile es una actividad que debemos fomentar porque es muy beneficiosa para los niños, tanto desde el punto de vista físico como psíquico.
El baile es una reacción innata en los niños. Una investigación reciente afirma que los bebés nacen programados para bailar, tienen una predisposición natural a moverse al ritmo de la música y que casualmente cuanto más sincronizan sus movimientos con la música, más les gusta.
Son movimientos que les provocan placer y que suelen ir acompañados de una sonrisa, con la ventaja añadida de que se dejan llevar y no sienten ninguna vergüenza. La propia desinhibición les permite disfrutar del baile con mayor libertad.
Como tantas otras cosas en la etapa de desarrollo, el baile también es aprendizaje. Y no hay mejor forma de aprender que disfrutando de lo que hacemos. Es por eso que el baile es una práctica que debería fomentarse desde que son muy pequeños, incluso antes de que puedan ponerse de pie.
Por empezar, se trata de una actividad física que favorece el ejercicio cardiovascular, además de fortalecer los músculos y mejorar la elasticidad y el sentido del equilibrio.
Por su parte, favorece la coordinación, la memoria y la concentración. Los movimientos repetitivos y la intención de hacer pasos coordinados que acompañen a la melodía es un gran estímulo para el desarrollo psicomotor del niño. Le permite también tener un mayor conocimiento de su propio esquema corporal.
Contribuye además a adquirir sentido del ritmo y oído musical, y desde el punto de vista social, les ayuda a desinibirse, a hacer nuevos amigos y a una mayor sociabilización.
No hay que olvidarse algo muy importante: que bailar contribuye a mejorar la autoestima, a liberar tensiones y a fortalecer la confianza en sí mismo.