Los refugiados han denunciado que decenas de aldeas rohingya han sido quemadas, además de cientos de personas asesinadas y mujeres violadas por el Ejército de Myanmar.
El papa Francisco dijo este sábado que lloró al escuchar a 16 refugiados rohingyas y explicó que el hecho de poder conocer a miembros de esa minoría musulmana había sido "una condición" para viajar a Myanmar y Bangladesh.
"Sabía que conocería a los rohingyas, pero no sabía dónde ni cuando, era la condición del viaje para mí", declaró en el avión que lo llevó de regreso a Roma, Italia, tras seis días de viaje.
El pontífice rindió homenaje al gobierno de Bangladesh que hizo posible que los refugiados viajaran desde su campo del sur del país hasta Daca para hablar con él. "Lo que hizo Bangladesh para ellos es enorme, un ejemplo de acogida", dijo.
"Lloraba, procuré que no se notara", reconoció el papa. "Ellos también lloraban", señaló en referencia a los refugiados, quienes formaron una fila india para verlo el pasado viernes tras un encuentro interreligioso.
Francisco contó que no podía irse del lugar dejando "que se vayan sin decirles una palabra", oportunidad que aprovecho, además, para pedirles "perdón" en nombre de quienes los persiguen.
El papa precisó que le habría gustado visitar el mayor campo de refugiados del mundo, donde se encuentran los más de 900.000 rohingyas que han huído de la violencia de Myanmar, pero que "no fue posible por varios factores, el tiempo y también la distancia", sin embargo apuntó que ese "campo de refugiados vino con representantes".
El pontífice también respondió a quienes se sorprendieron de su gran prudencia en Myanmar, donde nunca mencionó directamente a la minoría musulmana apátrida y evitó llamarla por su nombre, una palabra tabú en ese país de mayoría budista.
Desde fines de agosto de este año, más de 620.000 rohingyas huyeron masivamente a Bangladesh para escapar a la represión del ejército en el oeste de Myanmar.