Cada año nacen varios millones de bebés en el mudo. La espera de este regalo tan maravilloso va acompañado de infinidad de citas con el médico, vitaminas prenatales y libros sobre el embarazo amontonados en la mesa de la cocina.
Esos libros son perfectos para comprender cómo tu bebé pasa de ser del tamaño de una semilla al de una alubia, y del tamaño de una alubia al de muchos otros frutos. Pero suelen servir de poco a la hora de aprender lo que es útil y cierto sobre el sexo.
Sí, puedes tener relaciones sexuales durante el embarazo.
A no ser que una mujer* tenga un embarazo de riesgo o que el médico o la comadrona le hayan dicho lo contrario, no suele haber ningún problema en mantenerse sexualmente activa. El coito vaginal, el sexo oral, la masturbación, la estimulación del pecho y los masajes suelen estar incluidos en el menú, en la medida en que la persona en cuestión desee. Mantener una conexión sexual con tu pareja puede fortalecer vuestro vínculo durante el estrés y la felicidad que producen las visitas prenatales y también durante el proceso tan agobiante y pesado de tener que leer reseñas sobre cunas, carritos y otras tantas cosas.
En principio puedes utilizar juguetes sexuales, pero pregunta a tu médico.
Esta es una pregunta controvertida, pues no se ha probado científicamente que los juguetes sexuales sean seguros durante el embarazo. Dicho esto, la mayoría de dildos tienen la forma y el tamaño similares a un pene, así que la lógica nos lleva a pensar que si se puede practicar el coito vaginal, lo más probable es que también se pueda introducir un dildo en la vagina. Hay más dudas respecto a los vibradores, aunque en nuestro estudio hemos hablado con mujeres que afirman haber utilizado vibradores estando embarazadas. Especialistas en obstetricia y ginecología sostienen que el uso del vibrador es seguro si el sexo es seguro, pero se recomienda consultarlo con el médico, puesto que cada embarazo es distinto.
La frecuencia tiende a disminuir durante el embarazo.
Según los estudios realizados, la frecuencia con la que se tienen relaciones suele disminuir durante el primer trimestre, seguramente debido a la extrema fatiga que muchas mujeres experimentan y a las náuseas y los vómitos (que aunque se llamen "náuseas matinales", pueden aparecer en cualquier momento del día o de la noche).
Algunas mujeres sienten un aumento del deseo sexual en el segundo trimestre. Esto se debe al incremento del flujo sanguíneo que llega a los genitales. Algunas incluso tienen la suerte de notar una disminución en las náuseas y en los vómitos. No obstante, este no es el caso de todas las mujeres. En el tercer trimestre suele producirse otro descenso en la frecuencia sexual, lo que puede ser consecuencia del debilitamiento del cuerpo o del cansancio de tener que levantarse a orinar de tres a cinco veces en una noche.
Como puede que practiques sexo con menos frecuencia, procura que las veces que lo hagas merezcan la pena. Si estás muy cansada o te encuentras mal, díselo claramente a tu pareja. Dile que te sigue atrayendo mucho, pero que la situación es distinta. Si el coito te incomoda o te produce dolor, utilizad las manos, los dedos, juguetes, o elige la manera en la que ambos se sientan más seguros y en la que disfruten más.
Puede que las posturas pasivas no sean lo mismo.
Tienes todas las papeletas para no poder hacer la postura del misionero, sobre todo durante el segundo y tercer trimestre, que es cuando se aconseja a las embarazadas que eviten tumbarse boca arriba. En la mayoría de los casos, las parejas optan por ponerse de lado o la mujer detrás del hombre. Algunas siguen decantándose por el misionero, aunque sea durante menos tiempo.
Tus orgasmos también podrían sufrir cambios.
Esto tampoco ha sido probado científicamente pero, como sexóloga con amigas sexólogas que también han estado embarazadas, hemos discutido sobre el tema. Aquellas mujeres que experimentaban orgasmos con el coito vaginal dejaron de tenerlos durante el embarazo, y viceversa: aquellas que llegaban al clímax con la estimulación externa del clítoris pero nunca con el coito vaginal, de pronto tuvieron orgasmos con la penetración.
Las caricias preliminares también podrían provocarte sensaciones nuevas.
Ya no tomas alcohol para ponerte a tono. ¿Y ese sujetador tan sexy que te encantaba? Puede que ya no te quepa porque tus pechos han aumentado de tamaño. Esto puede que lo notes ya durante el primer trimestre, pues tu cuerpo se prepara para la lactancia. También es muy usual que las mujeres sientan más sensibilidad en los pezones, lo que puede hacer que algunas solo quieran que se los acaricien mientras que otras quieren evitar por completo hasta el roce.
No obstante, para muchas parejas se producen cambios fascinantes. Algunas, de repente, se ponen un día a hablar del embarazo, del bebé y de los sentimientos que les provoca el hecho de convertirse en padres. Entonces, sincerarse y conectar el uno con el otro los une más. Se sienten perdidamente enamorados, lo que intensifica el deseo sexual de ambos. El imaginarse los dos al bebé o el poner las manos encima de la barriga y notar las patadas es una forma preciosa de empezar con los preliminares. ¡Disfrutad de esos momentos!
Podrías necesitar planificar tus relaciones sexuales.
Ya sea por el cansancio típico de la tarde, las náuseas y los vómitos o los efectos secundarios provocados por los medicamentos que te suelen mandar para aliviar esos síntomas, el embarazo puede causarle toda una serie de dolores a la mujer. Aquellas que saben que tienen cierta tendencia a sentirse mal o ponerse enfermas en ciertos momentos del día quizás deban hablar con su pareja para aplazar o adelantar la práctica de sexo. Lo bueno de comentar este tema con tu pareja es que cuando el bebé llegue, serán unos profesionales en decidir en equipo los mejores momentos para practicar sexo.