Explorar un cometa, llegar hasta una de las lunas de Saturno y espiar otro “Sistema Solar”, hacen parte los planes de la agencia para la siguientes décadas.
A lo largo de 2016 los científicos tuvieron, como nunca antes, noticias de Júpiter. Conocieron las primeras imágenes de sus polos y escucharon las primeras grabaciones sonoras del ambiente que se percibía en su campo magnético. Es "un mundo complejo, gigantesco y turbulento”, dijo la NASA en mayo de este año luego de analizar los detalles que les había arrojado la nave espacial tras llegar al planeta más grande del Sistema Solar. Juno, como bautizaron aquella sonda, había partido de la Tierra en agosto de 2011.
Su llegada a Júpiter fue posible gracias a la existencia de un programa de la NASA que ha permitido desarrollar varias misiones. New Frontiers (Nuevas Fronteras, en español), empezó hace cerca de 15 años y además del lanzamiento de Juno posibilitó la misión New Horizons, que acercó a la humanidad a Plutón, y la misión OSIRIS-REx, que busca alcanzar el asteroide Bennu para tomar varias muestras y regresar a la Tierra en 2023.
Pero además de esos proyectos, el programa New Horizons tiene preparada una sorpresa para el 2018. Tras hacer una extensa convocatoria de proyectos para financiar su construcción, eligió dos finalistas. En principio, ambos contarán con US$4 millones. La idea es que sean lanzados antes de 36 meses.
La primera iniciativa, llamada Comet Astrobiology Exploration Sample Return (CAESAR), quiere llegar hasta el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko y tomar muestras para, posteriormente, traerlas a la Tierra. Desde que en 2014 el módulo Philae se desprendió de la sonda espacial Rosetta y aterrizó de manera fallida en ese cometa, la ciencia quiere saber más sobre estos objetos. Intuyen que en su interior se esconde el secreto del origen del Sistema Solar.
El segundo proyecto, bautizado Dragonfly, tiene una intención similar. Pretende llegar hasta la luna Titán, de Saturno, para tomar muestras de su superficie. El objetivo es saber si allí puede desarrollarse algún tipo de vida.
Pero además de estos proyectos, entre los planes de la Nasa se encuentra uno más ambicioso. Llegar hasta Alpha Centauri, una suerte de Sistema Solar que está a 4,3 años luz de la Tierra. Algo así como 41 billones de kilómetros de distancia. Es el sistema más cercano al nuestro y tiene una particularidad: hay en él un planeta muy similar a la Tierra. ¿Su nombre? Proxima Centauri b. Sin embargo, para que se concrete aún hace falta varios años. El proyecto se ejecutará en 2069.