Roma, 10 ene (EFE).- Los siete países del sur de la Unión Europea (UE) urgieron hoy desde Roma al bloque comunitario a compartir la "carga" de la protección fronteriza ante la presión migratoria, pues la gestión de este fenómeno será "un reto fundamental" en el futuro.
Así consta en la declaración final de la IV cumbre celebrada en la capital italiana, a la que acudieron los jefes de Estado o de Gobierno de Chipre, España, Francia, Grecia, Italia, Malta y Portugal y en la que se abordaron también temas económicos o sociales.
"La gestión de los flujos migratorios será un reto fundamental para los países de la UE en los años que están por venir. Los países sureños están particularmente afectados e implicados al estar en primera fila", dice el texto.
Su preocupación se produce después de un 2017 en el que llegaron a costas europeas más de 170.000 inmigrantes: 118.914 a Italia, 28.800 a Grecia, 21.468 a España y 1.067 a Chipre según las cifras de la Organización Internacional para las Migraciones, que estima en 3.116 las muertes durante todo el año.
En la declaración se señala que "el papel fundamental y la carga de la protección" de las fronteras de esos Estados, que son también la frontera sur europea, debe ser "reconocidas y compartidas por la UE".
"La UE tendrá que redoblar su lucha contra la trata de personas y las nuevas formas de esclavitud, garantizan los derechos humanos de todas las personas y proteger a los necesita protección internacional, particularmente los grupos más vulnerables", añade.
El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, consideró en rueda de prensa que la inmigración es "el tema más importante que la UE afrontará en los próximos años" pero advirtió en este sentido que ningún país debe afrontar en solitario esa labor.
Por su parte el presidente de Francia, Emmanuel Macron, reconoció que en el encuentro se ha dado "una coincidencia de los puntos de vista" y opinó que "es necesario reforzar la solidaridad para proteger las fronteras y gestionar mejor los flujos".
En el texto, los países mediterráneos dijeron estar "firmemente comprometidos con una política migratoria común" para evitar flujos irregulares y masivos y apostaron por abordar las causas de este fenómeno cooperando con los países de origen y tránsito.
"Estamos decididos a fortalecer nuestras asociaciones con esos países, particularmente en África", señalaron, para después subrayar los frutos de la implementación del acuerdo entre la UE y Turquía para reducir la inmigración por el mar Egeo.
Y apostaron por un "nuevo y común sistema de asilo europeo" basado en "un verdadero respeto de los principios de responsabilidad y solidaridad, en particular hacia los Estados en la primera línea" de este fenómeno.
El primer ministro en funciones de Italia, Paolo Gentiloni, dijo que en el 2017 se lograron "resultados valiosos" ante este fenómeno pero defendió que estos "deben ser constantemente consolidados".
En la cumbre también se abordó la dimensión económica del continente y los líderes apuntaron al 2018 como un año de "completa recuperación económica después de una década de crisis financiera".
Así lo celebró el primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, que declaró que "el 2018 es el año del final de una crisis" que ha golpeado especialmente a su país y que, en su opinión, "concluye donde inició, en el sur de Europa".
En este sentido, en la declaración se sostiene que, aunque la UE "está a salvo y más fuerte, aún queda mucho por hacer".
Para ello será "clave" combinar "el crecimiento económico con el bienestar social" por lo que "deberán darse mayores pasos para completar la Unión Económica y Monetaria (FMU, en inglés)" para un "avance equilibrado y sostenido".
Asimismo destacaron como prioridad "completar y fortalecer" la Unión Bancaria y urgieron a dar "lo antes posible un impulso común" al Mecanismo Único de Resolución y al Sistema de Garantía de Depósitos para difuminar los riesgos de hipotéticas futuras crisis.
Por último, apoyaron cualquier iniciativa que promueva la democracia y la participación ciudadana en el seno de la UE y abrazaron la idea de las "consultas ciudadanas" desde la próxima primavera para identificar las prioridades de la gente.