Miles de peruanos con globos blancos y amarillos, los colores del Vaticano, dieron este jueves una cálida bienvenida al papa Francisco en su trayecto desde el aeropuerto de Lima a la Nunciatura, donde rezó el Ave María coreado por una multitud.
Gritos de éxtasis -¡yeah, yeah, yeah!-, como si se tratara de una figura del rock, estallaron al paso de Francisco, quien saludaba con su brazo extendido, primero en un auto cerrado y luego en el célebre Papamóvil.
"He venido a ver de cerca al papa. Quiero pedirle por mi salud y de mis familiares", dijo a la AFP Rosa Saavedra.
Rosa aguantó de pie durante tres horas rezando con un rosario en la mano para poder ver al líder de la Iglesia Católica, quien llegó desde Chile, donde su visita estuvo cargada de protestas y polémicas tanto por los abusos sexuales del clero y el conflicto indígena.
Los fieles esperaron provistos de celulares, gorros para el sol, botellas de agua y alimentos para no perder su ubicación al lado de las avenidas por las que se desplazó la comitiva papal.
Francisco respondió al fervor, dirigiendo un breve saludo con micrófono a la multitud congregada frente a la Nunciatura, a la que invitó a rezar juntos el Ave María.
Luego de la oración, se despidió con una frase que lo caracteriza: "Recen por mí, no se olviden, muchas gracias por haber venido todos hasta aquí".
Laicos y religiosos, de todas las edades, se dejaron llevar por sus emociones, con cánticos, aplausos y hasta brincos para exteriorizar su alegría.
"Su llegada es muy emocionante para nosotros, nos va dar paz", indicó a la AFP Mónica, una monja de las Siervas de Dios.
– Mucha esperanza –
"Esperamos al papa con mucha esperanza para que nos dé sus bendiciones para nuestra familia y para todo el Perú. Él invoca la paz", señaló por su lado Ana María Vidal, una mujer que acudió con amigas del distrito limeño de San Miguel con una bandera que decía "Bienvenido papa Francisco".
Gente en sillas de ruedas y muletas también se aglomeró para tener una bendición del pontífice y rogar por su salud.
Francisco pernoctará los tres días en la Nunciatura, en la misma habitación que utilizó Juan Pablo II, en sus visitas a Perú de 1985 y 1988.
Frente a la Nunciatura los fieles lucían cintillos con el nombre del papa argentino en un ambiente de carnaval.
"Quiero verlo de cerca por eso estoy desde las 8 (de la mañana). También asistiré a la misa del domingo", señaló Juan Toribio, de 80 años, que llevó papas sancochadas y huevos duros como tentempié, pero poca agua para no tener que ir al baño.
Dos religiosas, que se identifican como Julia y Margarita, dijeron que van a amanecer en la calle cuidando el sueño del papa. Ambas viven en el populoso barrio limeño de San Martin de Porres.
Jesús Coronel, de 37 años y madre de una niña, contó que se instaló a las siete de la mañana frente a la Nunciatura, por lo que tuvo que esperar 10 horas. "Vale el sacrificio para ver al santo padre", expresó.
Pese al fervoroso recibimiento, no todos los peruanos están felices con la visita papal.
La policía detuvo temporalmente a una joven que levantó un cartel que decía "el papa encubre pederastas". Además, el miércoles una decena de mujeres, dos de ellas con los pechos descubiertos y dos en ropa interior, protestaron frente a la Catedral de Lima contra la llegada de Francisco.