“¡Es nuestra niña, es ella!”, fue la expresión de dos familias que llegaron a identificar el cuerpo de una joven que había desaparecido el jueves 18 de enero y apareció su cuerpo desmembrado en un matorral cercano a la colonia Nueva Suyapa de Comayagüela el sábado 20 de enero, como consecuencia de rapto ejecutado por integrantes de maras o pandillas, según las indagaciones preliminares de la Policía Nacional de Honduras.
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Los parientes en ambas familias fueron alertados del espeluznante hallazgo a través de los medios de comunicación y cuando fueron a recoger el cuerpo de su pariente se dieron cuenta que los indicios presentados por ambas partes, eran casi idénticos.
Ambas eran menores de edad que habían salido a hacer un mandado, los rostros eran casi iguales, las señas corporales casi las mismas sin presentar mayores cicatrices o rasgos que aparentaban ser dos personas diferentes, incluso la vestimenta tenían dudas, por lo que fueron sometidas las familias a pruebas de ADN en Centro de Medicina Legal y Ciencias Forenses.
Fue así como después de una semana de permanecer en el cuarto frío de la morgue de Tegucigalpa, ayer la víctima Abigail Gutiérrez Mendoza fue entregada a su familia, al dar positivo en las pruebas de sangre y compatibilidad 99.9 por ciento en ADN, resultado que por un lado cierra un capítulo doloroso en una familia, pero deja una herida abierta en la otra.
El caso reaviva el tema de los descuartizamientos en Honduras, por lo que las autoridades policiales aseguraron que darán con el paradero de los criminales.
En Honduras, según el Observatorio Nacional de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), cada 14 horas una mujer es asesinada en el país; además las edades a quienes se les practican más autopsias con manera de muerte homicida en el sector son menores de edadentre 12 a 17 añossegún el Observatorio de Medicina Forense, siendo la mayoría mujeres.
El macabro crimen de la joven se produjo cuando iba hacia la “pulpería” y fue interceptada por sujetos a bordo de un vehículo “Pick Up”, según testigos oculares, quienes además expresaron que el llanto de la joven fue notorio en todo el sector de la colonia 17 de septiembre que colinda con la Montañita. “Dios mío, mi hermana no puede ser, ella no era una criminal, ¿por qué le hicieron eso? Cómo la dejaron”, exclamó en llanto la hermana a La Tribuna.