Omar Vizquel cuenta que muchos conocidos lo llamaron esta semana después de que se anunciaran los nuevos elegidos al Salón de la Fama del béisbol.
“La gente dice ‘cónchale, yo creí que ibas a salir en la primera votación’, pero es muy difícil”, señaló el retirado torpedero venezolano a The Associated Press la noche del viernes, al participar junto a otros artistas en una exposición de pintura en Panamá.
Si bien quedó muy por debajo del 75% de los votos requeridos para garantizar su lugar en Cooperstown, Vizquel se expresó satisfecho con el 37% alcanzado en su primer año en la papeleta. Dijo que esperará sin apuros las siguientes votaciones y considera que con los números que dejó en 24 años de campaña en las mayores tiene la “mitad de la guerra ganada” en su ruta hacia ese soñado destino.
Después de todo, y aunque los tiempos son muy diferentes, el legendario paracorto Luis Aparicio tuvo que esperar hasta su sexto año de elegibilidad para llegar al Salón de la Fama en 1984 y convertirse, hasta ahora, en el único venezolano en haberlo logrado.
Este año fueron seleccionados a Cooperstown el dominicano Vladimir Guerrero, Chipper Jones, Trevor Hoffman y Jim Thome, quien fue compañero de Vizquel en los Indios de Cleveland.
Vizquel, de 50 años, aseguró que era “muy bueno” que el grupo que votó por él haya reconocido sus méritos como pelotero y subrayó que solo le queda esperar con tranquilidad.
“Hay diferentes votantes y criterios, y simplemente hay que esperar lo que ellos (los cronistas del béisbol de Norteamérica) digan”, estimó.
Dijo que hay gente que lo ha contactado para hacer una campaña en pro de su candidatura, pero cree que no es necesario. “Yo creo en realidad que si tienes los méritos, no es necesario hacer tanta bulla. Si uno en realidad se merece estar allí, eso viene con calma”.
En relación a si lo podría afectar el hecho de que entre los votantes estén sumando cada vez más apoyo peloteros como Barry Bonds y Roger Clemens, soslayados en sus primeros años de elegibilidad por el escándalo de los esteroides, y otros asomen con fuerza en los próximos años, Vizquel se aferra a las estadísticas que dejó.
“Hay algunos que dicen que me pueden afectar, pero en realidad cuando tú tienes los numeritos, la gente no necesita ver (eso)”, afirmó. “Un campocorto que tiene 11 guantes de oro y que bateó por arriba de los 2.800 hits, creo que ya tiene la mitad de la guerra ganada”.
Vizquel terminó con 2.877 imparables, pero al venezolano se lo elogió más por su fantástica destreza con el guante: terminó como líder en doblematanzas culminadas con 1.734 y en juegos diputados como torpedero con 2.709. Jugó con seis clubes, aunque mayormente con Cleveland, y fue seleccionado a tres Juegos de Estrellas.
El anuncio de los nuevos seleccionados al Salón de la Fama encontró a Vizquel de vacaciones por el Pacífico sudamericano y en una misión por Panamá que tiene que ver con otras de las facetas en la vida del legendario pelotero caraqueño: la de pintor.
El viernes por la noche presentó algunos de sus cuadros junto a otros pintores en una exposición montada en un hotel de la capital panameña, entre ellos óleos paisajistas y un autorretrato suyo mostrando una pelota de béisbol.
“A mí siempre me gustó pintar desde niño, siempre he tenido esa facultad y terminaba mis tareas con un dibujito”, contó a la AP.
Esa fascinación perduró incluso después de convertirse en pelotero de las mayores.
“Nunca lo aparté. Siempre uno tenía un tiempo, por supuesto después de que terminaba la temporada pintaba un rato porque era algo que me distraía mucho y algunas veces con tanta presión en el béisbol siempre era bueno buscar algo que lo relajase a uno”, destacó. “Era simplemente un hobby, que me capturó”.
Aclaró, sin embargo, que su sueño era principalmente ser pelotero.
Y ahora entre pinturas y mientras se prepara para dirigir este año a un equipo de las menores de los Medias Blancas de Chicago, Vizquel mira en el horizonte la posibilidad de arribar a Cooperstown.