Berlín, 31 ene (EFE).- La composición más detallada realizada hasta el momento de la región de formación estelar Lupus 3 muestra una nube oscura de polvo cósmico con apariencia de serpiente deforme, iluminada por la brillante luz de las dos nuevas estrellas azules que centran esta espectacular imagen de amplio campo.
Las perturbaciones cercanas a Lupus 3 pueden hacer que las zonas más densas y grumosas de esta nebulosa oscura se contraigan a causa de su propia gravedad y se calienten y aumenten su presión en este proceso, precisa hoy en un comunicado el Observatorio Austral Europeo (ESO) desde su central en la localidad alemana de Garching.
Finalmente, y a causa de las condiciones extremas que se dan en el corazón de esa nube que colapsa, nace una protoestrella como las dos que centran esta composición, creada a partir de imágenes captadas por el instrumento de rastreo del telescopio de largo alcance (VLT) y el telescopio MPG/ESO situados respectivamente en los observatorios Paranal y La Silla, en Chile.
Al inicio de sus vidas, gran parte de la radiación que emitieron estas dos brillantes estrellas fue bloqueada por el espeso velo de su nebulosa anfitriona y sólo era visible para telescopios que observan en longitudes de onda infrarrojas y de radio.
Pero a medida que crecieron y se hicieron más calientes y brillantes, su intensa radiación y sus fuertes vientos estelares arrasaron los alrededores, limpiando esas áreas de gas y polvo y permitiéndoles emerger de su sombrío lugar de nacimiento para brillar refulgentes.
El comunicado precisa que estas dos estrellas son todavía tan jóvenes que la fusión nuclear aún no se ha desencadenado en sus núcleos.
Así, el brillo que emiten proviene en su lugar de la conversión de energía gravitatoria en calor a medida que sus turbulentos núcleos se contraen.
Lupus 3, situada en la constelación de Escorpio, a tan solo 600 años luz de la Tierra, forma parte de un conjunto más amplio llamado las Nubes de Lupus, que toma su nombre de la adyacente constelación de Lupus (el lobo).