La Región Autónoma de la Costa Caribe de Nicaragua, ese lugar donde vivimos miskitos, mestizos, mayangnas, creoles, ramas y garífunas es un paraíso terrenal.
Está lleno de vastas montañas de laderas y planicies del llano donde los pinares fueron espesos por las playas cristalinas hasta la arena color morena. Desde el alto Wangky “Río Coco” hasta las fronteras con los departamentos de Chontales, Jinotega y Matagalpa comprende el 52 % del territorio nacional.
Según el VI censo nacional de población (1995) refleja que ambas regiones autónomas constituyen la segunda área más poblada de Nicaragua con el 10.7% de la población total del país, por debajo de la capital Managua 25.0% y por encima de Matagalpa 8.8%. La densidad de la Costa Caribe es de 1.6 habitantes por kilómetro cuadrado a diferencia del resto del país que es de 13 habitantes por kilómetro cuadrado.
La riqueza cultural, gastronómica y los parajes naturales hacen de la Costa Caribe un paraíso diverso. Las playas del mar Caribe permiten tener un lugar paradisíaco, el encanto de las mujeres y hombres costeños han hecho que miles de personas de diferentes partes de Nicaragua se muden a la Costa Caribe y si algún día viene no olvide degustar un delicioso rondón, pan de coco o gallopinto con coco.
Cada año la población costeña expresa su cultura y tradición a través de la celebración de diferentes fiestas patronales y tradicionales pero la mayor expresión de los costeños se manifiesta en las fiestas de Mayo Ya o Palo de Mayo. Se realizan concursos de belleza, cantos, bailes, desfiles de comparsas, exposición de comidas típicas y diferentes expresiones artísticas que hacen de una experiencia única e inolvidable.
Una característica muy intrínseca de los costeños es una sonrisa acompañado de un "¡Hola como estas!" para iniciar la conversación con amigos o conocidos que muchas veces no se sabe cuándo terminará.
Las montañas, los senderos, ríos, lagos, cascadas y cuevas naturales hacen del Caribe como uno de los destinos turísticos más anhelados por nicaragüenses y extranjeros. La ciudad de Siuna es la puerta al pulmón de centro de América, hablamos de Bosawás; donde caza el jaguar, donde el águila arpía alza vuelo para vigilar las faldas de la coordillera Waylawás, donde las cascadas del Rosa Grande permiten apreciar la maravilla del Creador, quizás con estas imágenes entendemos lo que dijo un costeño: “El Edén tuvo que haber sido en la Costa Caribe”.