Miami, 7 feb (EFE).- Fueron detenidos este miércoles en Miami a su llegada a Estados Unidos los abuelos brasileños de un niño estadounidense que en 2013 fue llevado de visita a Brasil por su madre y nunca regresó con el menor a EE.UU.
Los familiares del menor hoy enfrentan una denuncia criminal por "secuestro infantil".
El caso criminal fue presentado por el padre del niño, el estadounidense Christopher Scott Brann, ante una corte del Distrito Sur de Florida, donde los abuelos tienen prevista hoy una primera audiencia, informó Juan Miramontes, asistente de uno de los abogados demandantes, Jared Gersen, de la firma Perseus Strategies.
Carlos Otavio Guimaraes, presidente de ED&F Man Brasil, y su esposa Jemima Guimaraes, abuelos de Nicolás Brann, de 8 años de edad, fueron capturados a su llegada al país en el Aeropuerto Internacional de Miami, precisó el asistente.
El padre del niño, que fue llevado a Brasil cuando tenía 4 años de edad, lamentó el arresto de sus exsuegros, que también tienen la ciudadanía estadounidense.
"Todo lo que siempre quise, y todo lo que quiero, es que mi hijo Nico tenga igual acceso a sus dos padres amorosos", expresó en un comunicado de los abogados.
Aseguró que está dispuesto a solicitar a la Fiscalía que sea "indulgente" en el manejo del caso contra la pareja si el menor regresa "inmediatamente" a Houston (Texas).
Miramontes precisó que los abuelos están incluidos en la denuncia criminal al ser considerados cómplices del delito y que la evidencia revela que ellos habían preparado el terreno para que su nieto se quedara de forma indefinida en Brasil, pues le tenían lista la escuela donde estudiaría.
Señaló que la madre, Marcelle da Rocha Guimaraes, quien tiene la doble ciudadanía, está incluida en la demanda por los mismos cargos de secuestro infantil y conspiración.
La pareja contrajo matrimonio en Texas en 2008 y un año después tuvieron a Nicolás, pero en 2012 la brasileña solicitó el divorcio y comenzaron a compartir la custodia del menor.
Al año, ella pidió permiso a su exmarido para llevar a Nicolás a una boda familiar en Brasil, pero ninguno de los dos regresó desde entonces a Estados Unidos.
El padre comenzó así una batalla legal en el país y fuera de él, incluyendo Brasil, para reunirse de nuevo con su hijo.